Me encantó el lugar, por su sencillez, limpieza, seguridad, cordialidad. Yo lo visité en dos ocasiones, la primera en abril del 2005 y la segunda en julio del mismo año. En mi primera visita lo hice solo y tomé una habitación simple, el baño era de uso compartido, y lo que me gustó mucho fué la limpieza que siempre mantenía todo el hostal. La segunda ocasión lo hice acompañado de mi esposa y tomamos una habitación doble, y el baño era muy limpio y de amplias dimensiones. A mi lo que más me gustó fué el ambiente íntimo, que hace que uno se sienta como en su hogar. La arquitectura de la casa le da ese toque del siglo pasado, habitaciones altas con sus pisos de madera y amplias ventanas, lo hacen a uno remitirse a otras épocas. La cercanía con el centro de la ciudad también es muy importante, pues permite desplazarse y conocer parte del distrito de Breña y el Centro Histórico. Otro aspecto importante es que en la Avenida Venezuela, donde se emplaza el Hostal, es una avenida que ofrece servicios de utlidad para los viajeros, como lo son restaurantes y otros comercios. En especial, en la esquina del hostal, una tienda que ofrece productos de consumo diario (jamones, queso, pan) y el Supermercado Metro, que se sitúa en la misma avenida, a pocas cuadras. Yo, si vuelvo a Lima, definitivamente buscaré aloarme en este Hostal, que me trae tantos recuerdos.…