Esta no solo fue nuestra primera vez en un rancho de vacaciones, sino que también fue nuestra primera vez en Tucson. Tanque Verde Ranch se ha incluido habitualmente en listas de ranchos de vacaciones en los que alojarse y pensamos que podríamos “matar 2 pájaros de un tiro”. Siendo la observación de aves una actividad que habíamos realizado durante la pandemia, también esperábamos que fuera más que las proverbiales 2 aves durante este viaje. El resultado final: disfrutamos nuestra estadía en Tanque Verde. Nuestra casita era espaciosa y cómoda. El personal fue siempre amable y servicial. Disfrutamos de nuestras comidas en el restaurante y pasamos el rato en el bar. Los jardines estaban bien mantenidos y el hermoso paisaje circundante del desierto de Sonora estaba lleno de cactus saguaro. El rancho comparte frontera con el Parque Nacional Saguaro al sur; uno podría salir por la puerta principal, cruzar la calle y entrar al parque (elegimos estacionar justo afuera de la puerta del rancho). Había muchas actividades para elegir y, como era de esperar, montar a caballo era claramente el objetivo principal. Tomamos el corto “paseo a caballo” que recorre la propiedad. No utilizamos el spa ni realizamos otras actividades organizadas. Los desayunos eran deliciosos y abundantes, buen combustible para los días ajetreados. El clima resultó demasiado frío para la comida al aire libre Cowboy Cookout. Las cenas fueron abundantes. Disfrutamos de nuestras bebidas y bocadillos en Dog House Saloon, lo visitamos prácticamente todas las noches e incluso preparamos una cena una noche. El personal del salón y del restaurante fue siempre amable y servicial. Nos alojamos en las casitas más alejadas de las áreas principales del rancho. La unidad era espaciosa, la calefacción era suficiente para mantener a raya el frío insoportable. La zona del baño era enorme. La vista de los cactus Saguaro circundantes desde el porche fue épica. No nos importó la distancia como a todos; Nos dio la oportunidad de caminar por los jardines, disfrutar de las vistas, ver la flora del desierto y disfrutar de la observación de aves en nuestro camino de ida y vuelta. Vimos numerosas avifauna, incluida la paloma matutina, el cardenal norteño, el colibrí de Anna, el gorrión coronado blanco, el pinzón común, la curruca rabadilla amarilla, el reyezuelo coronado de rubí, el correcaminos mayor, la codorniz de Gambel, Phoebe de Say, el pájaro carpintero de escalera, el colibrí de pico ancho y Verdin. , Phainopepla, pájaro carpintero de Gila, papamoscas bermellón, arrendajo matorral de Woodhouse, papamoscas de cresta marrón, chupasavia de nuca roja y pirruloxia. Los comederos en Rincón Terrace eran un buen lugar para pasar el rato y esperar a que aparecieran los colibríes.…
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