Viajamos en navidades de 2011 a Tokyo y decidimos alojarnos en la zona de Ikebukuro. Como ya habíamos estado en otro hotel de esta cadena, escogimos este hotel, ya que sabíamos cómo eran las habitaciones y el tipo de servicio que ofrecían. En este caso la habitación era más pequeña que en la del hotel de Gotanda, pero en casi todos los hoteles tokiotas acostumbran a serlo.
Las mujeres que viajan solas tienen opción de escoger habitaciones especiales sólo para mujeres, con kits especiales de bienvenida.
En la zona del vestíbulo, antes de acceder a los ascendores, puedes proveerte de varios objetos de primera necesidad desechables, tales como maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, peines...etc.. Y también hay unas máquinas de bebidas frías y calientes.
La atención por parte de los empleados es muy correcta y el inglés del personal de recepción fluido.Más
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