Esta todo impecablemente limpio y ordenado, no se echaba de menos nada, y el desayuno es abundante y muy variado. Hay una estación de metro a 2 minutos andando y una parada de autobús a 5 minutos andando, y en 10-20 minutos estás en el centro de Roma, lo que te permite desplazarte de forma muy rápida, pero descansar tranquilamente por las noches, teniendo total independencia para entrar y salir de casa. Hay wifi gratuito y guias y planos disponibles para los huespedes. También hay disponibles café, té y bebidas a cualquier hora en la zona de habitaciones. En los alrededores hay locales para comer a buen precio, supermercado y varias gelaterías. Pero lo que marca la diferencia en este establecimiento es la gran Francesca. Te ayuda y orienta, te hace sugerencias, te da consejos, te reserva las entradas o citas previas y está pendiente de todo lo que necesites, pero todo sin agobiarte. Domina perfectamente el inglés y se desenvuelve muy bien en español. Es una persona magnífica y gracias a ella, nuestra estancia en Roma fue inolvidable. Ella hace de este sitio mucho más que un bed and breakfast, es un verdadero hogar en Roma. Sin duda, volveriamos a repetir Roma con Francesca.