Reservamos este hotel después de habérnoslo recomendado un amigo y nos pareció que cumplía con las expectativas. Nos dijeron que nuestra habitación no daba al lago, por lo que nos encantó descubrir que sí daba. La habitación estaba en el primer piso, aunque seguramente que las mejores vistas estaban en el segundo. Sin embargo, nos gustó la vista que teníamos, de la que disfrutábamos desde el balcón. El hotel está perfectamente ubicado en el lago, a cinco minutos andando desde la estación de tren del Lago d Como y a 15 minutos andado desde la de San Giovanni y junto el funicular (que realmente merece la pena usar). La Terminal del barco está a un paso ya que existen varios restaurantes y tiendas buenas por allí. La habitación estaba muy limpia y acogedora, aunque un poco pequeña, algo que conocíamos de antemano. Quizás el ruido del pasillo fuera la nota discordante, ya que hacía eco y nos despertaba por la noche. Servían el desayuno en el comedor que daba al lago, con una gran variedad y además contaban con un restaurante en el piso de abajo que no llegamos a probar pues preferíamos ir al restaurante de la ciudad. El personal de recepción era bueno pero no se excedía con la amabilidad y la simpatía.