Reservamos dos habitaciones dobles y, cuando vimos que una estaba en el primer piso y otra en el quinto, pedimos por favor que nos acercaran, pero" quizás al día siguiente", nos dijo el recepcionista "en ese momento no había más libres". No volvimos a insistir, claro que tampoco volvimos a ver a aquel recepcionista, en tres días vi allí hasta cuatro personas distintas, era difícil, conseguir que atendieran a tus peticiones, la verdad.
Y digo que no volvimos a insistir porque no teníamos ninguna certeza de si a nosotros nos subirían al quinto o a ellos los bajarían al primero y, francamente los de abajo no queríamos subir ni locos. Dedujimos que están reformando el hotel o estuvieron, y así, la habitación del primer piso pasaba por lo que sería un hostal no muy allá de cualquier ciudad española, le habían puesto un piso de linóleo y un mobiliario como el de cualquier dormitorio de estudiantes, exceptuando una cochambrosa mesa y dos sillas de mimbre. Estaba limpio, en lo que se refiere a la ropa de cama, y eso sí, en ambas habitaciones la ducha había sido reformada y era verdaderamente estupenda- esto no siempre se puede conseguir en los hoteles- . En cambio, la de arriba era desoladora, con una moqueta de color indefinido con unos muebles de hace cuarenta años, oscura, horrorosa. Pero, detalle curioso, con una temperatura perfecta, mientras en la nuestra la de la primera planta,...Reservamos dos habitaciones dobles y, cuando vimos que una estaba en el primer piso y otra en el quinto, pedimos por favor que nos acercaran, pero" quizás al día siguiente", nos dijo el recepcionista "en ese momento no había más libres". No volvimos a insistir, claro que tampoco volvimos a ver a aquel recepcionista, en tres días vi allí hasta cuatro personas distintas, era difícil, conseguir que atendieran a tus peticiones, la verdad.
Y digo que no volvimos a insistir porque no teníamos ninguna certeza de si a nosotros nos subirían al quinto o a ellos los bajarían al primero y, francamente los de abajo no queríamos subir ni locos. Dedujimos que están reformando el hotel o estuvieron, y así, la habitación del primer piso pasaba por lo que sería un hostal no muy allá de cualquier ciudad española, le habían puesto un piso de linóleo y un mobiliario como el de cualquier dormitorio de estudiantes, exceptuando una cochambrosa mesa y dos sillas de mimbre. Estaba limpio, en lo que se refiere a la ropa de cama, y eso sí, en ambas habitaciones la ducha había sido reformada y era verdaderamente estupenda- esto no siempre se puede conseguir en los hoteles- . En cambio, la de arriba era desoladora, con una moqueta de color indefinido con unos muebles de hace cuarenta años, oscura, horrorosa. Pero, detalle curioso, con una temperatura perfecta, mientras en la nuestra la de la primera planta, hacía frío y de nada sirvió que pidiera que por favor comprobaran si el radiador estaba estropeado porque la respuesta los tres días fue la misma que funcionaba estupendamente. Hacía frío, no quiero imaginar en pleno invierno. Menos mal que, en su descargo, debo decir que, una vez en la cama, el edredón era maravilloso y no se pasaba frío, pero creo que tener que meterte dentro de la cama para poder estar en la habitación no es lo que uno espera.
Otro detalle a tener en cuenta es la luz, como es habitual en estos países no hay persianas pero en un buen hotel suelen tener esas cortinas especiales que oscurecen el cuarto, aquí mejor llevar antifaz, una sobre cortina, tan transparente como la primera impide dormir desde el primer rayo de sol
Como he leído por ahí, por supuesto, nada de esperar tecnología de ningún tipo, la tele ya no es que no coja canales es español, es que no cogía bien ningún canal y evidentemente nada de wifi en el dormitorio.
En cuanto al resto del hotel, pues eso, un hostalillo, es cierto que la habitación parecía limpia pero solo hasta que abrías el armario y ponías la ropa y al sacarla recogías en ella polvo de tres meses y algo parecido ocurría si como nosotros bajabas andando, en un descansillo entre recepción y la primera planta llevaban sin barrer varios meses a juzgar por como estaba.
El desayuno, bien, sin excesos pero al menos había bollería, quesos variados, huevos revueltos yogures... en fin que los he visto mucho peores
Y en cuanto al personal, amable sin excesos.Más
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