Estuvimos en Sucre en enero del 2011 y nos alojamos aqui. Tuvimos suerte porque no habiamos hecho reservas. Es un lugar con mucha demanda. Es sencillo pero esteticamente muy agradable, super limpio, con un muy buen desayuno y un patio donde nos tomamos un champagne que teniamos en la valija durante nuestro ultimo dia de estadia.
Nuestro anfitrion Rene muy correcto, quiero decir, es servicial y cortes sin ser pesado. Fue mi mejor experiencia de alojamiento en Bolivia por lo agradable, limpio y la tranquilidad de saber que estabamos en manos de gente que sabian entender lo que un viajero necesita.Más
- Wi-Fi gratis
- Bar/Salón