Hemos estado alojados en este hotel siete días. El resumen no puede ser más positivo, para mi ha sido una estancia impecable.
Se trata de un hotel que ocupa una pequeña isla de un atolón, compuesto por villas independientes, unas de mayor categoría y otras de menor, pero todas ellas magnificamente equipadas y atendidas.
Ya la llegada al hotel es emocionante, ya que para acceder a él hay que ir en hidroavión, ¡una gozada para los que nos gusta volar!; luego, una lancha estupenda, os recogerá cerca de la orilla y os llevará hasta la recepción.
La isla tiene una vegetación preciosa y además tiene un concepto bastante ecologista en su diseño, de tal amnera que no hay ni un solo camino asfaltado, ni nada que se le parezca en toda la isla; los caminos que comunican unas cosas con otras, son todos de arena (complicado para andar con tacones...., de todas maneras los buggies lo solucionan, llevandote de un lado al otro sin descanso).
El cuidado en la atención al huesped es esquisito y el mantenimiento de todo el hotel es espectacular (los caminos están rastrillados y sin hojas a primera hora de la mañana, los jardineros no descansan...)
Los alojamientos (nosotros estuvimos en una villa con jacuzzi) son espléndidos, amplios, cómodos, limpios y con una absoluta independencia unos de otros, el cuarto de baño está a la intemperie, lo que también produce un placer especial.
Las playas también son preciosas, si bien en un lado de la isla hay una zona con más coral, y al otro la do es más arenosa, en el sentido clasico de una playa, de todas maneras en la isla hay diferentes zonas donde poder pasar el día en casi absoluta soledad si se quiere.
En unos de los extremos hay una lengua de arena que se adentra en el mar que es digna de ver, la belleza de esa lengua es muy dificil de describir.
La hostelería del hotel debo describirla por separado, nosotros llevábamos un "todo incluido select" que nos daba opción a cenar en el restaurante que más nos apeteciera, siempre y cuando se reserve con antelación, esa opción es la que yo aconsejo por su calidad y relación con el precio, ya que la comida del bufet (que utilizábamos en el almuerzo) era bastante escasa en variedad y posibilidad de elección, contrastando absolutamente con la magnífica restauración de todos los restaurantes temáticos (todos ellos magníficos, siempre hay unos mejores que otros, pero ninguno me pareció malo) El servicio, de nuevo me pareció impecable en todos ellos, con un especial interés en agradar, lo que es magnífico.
El bufet del desayuno, a diferencia del almuerzo, es bueno y muy variado (no llegué a entender lo del almuerzo, la verdad).
En recepción se repite la esperada atención, además, en caso de no hablar inglés, hay una persona que os atenderá en correcto español (gracias, Claudia, por tus atenciones).
Llegados a este momento no me queda otra que hablar del buceo: las instalaciones, la amabilidad y profesionalidad de su gente es inmejorable (eso si, es el buceo más caro que he hecho en toda mi experiencia). Las embarcaciones y las inmersiones son muy buenas, bien organizadas y magnificamente dirigidas por todos los "dives" (que hay un montón, gracias a todos desde aquí). Aquí también tenéis personas que os pueden atender en español (gracias Lily y gracias Romina) lo que de nuevo faciilita la estancia y el buceo. Como digo, instalaciones, embarcaciones, profesionales e inmersiones magníficas.... precio caro, (alguna pega había que poner...)
Para los que os guste el buceo de superficie (snorkel) os aconsejo ir, es increible lo que podréis llegar a ver sin hacer una inmersión, incluso ¡tiburones de puntas negras y blancas!, que no os harán nada pero que os entusiasmarán, hay de todo tipo de peces de arrecife, de verdad es ¡magnífico!
Insisto en mi título, es un hotel impecable, seguro que hay mejores, pero este lo pone dificil a su competencia, es maravilloso, magníficamente atendido, romántico, y expectacular en general.
Os aconsejo ir si podéis.