Para arquitectos entusiastas y algún curioso más. Si te sobra un rato en tu visita a Bordeaux, puedes pasar por allí a matarte la curiosidad sobre lo que dejó allí Le Corbusier. Son apenas un par de calles cuyos edificios puedes ver (admirar sería demasiado) desde fuera, pues se trata de casas habitadas. La vegetación, los vehículos aparcados y, por qué no decirlo, la suciedad y el mal estado de alguna de las casas, impiden una contemplación más adecuada del rastro del conocido arquitecto. Lo que se ve en las fotos que puedes encontrar en internet es lo que hay, no es que estén mal tomadas, es que es la vista que se ofrece al turista. Hay un centro de interpretación, cómo no, que yo no visité. Entiendo que allí, con un conocimiento más cabal del cuándo, cómo, por qué, para qué y por quién se edificó esa zona de Pessac, la visita puede adquirir un sentido más cabal y más amplio para el turista.

Vale mucho la pena, a pesar que hay algunas casas bastante dejada, ya que son privadas. Es un ejemplo notable de una ciudad jardín pensada para dar habitages dignos a la clase obrera, y además, realizado por uno delo máximos exponen de la arquitectura moderna, Le Corbusier. La persona que atiende en la parte del museo, poco atenta.