Las murallas fernandinas, lienzo de la muralla defensiva de la ciudad del siglo XIV, terminadas por el rey Don Fernando, es otro más de los atractivos de la ciudad. Se pueden apreciar desde diferentes lugares, pero especialmente desde la pasarela alta del puente Luiz I o desde el funicular que lleva desde el Cais hasta el barrio alto.
Pero para quien le gusten los paseos o el deporte, ya que Oporto es un sitio complicado para correr, hay dos escaleras que van en paralelo a la muralla, las de Guindais, por el lado del funicular, y las de Codeçal, por el otro. Asà que bajarlas por un lado y subirlas por el otro, para quien eche de menos más cuestas en Oporto, es una actividad entretenida y con muchas vistas.