El templo es bastante grande, tiene unos jardines preciosos que recorrer con su estanque y carpas.
Por todo el templo vimos estatuas jizo, nos parecen muy bonitas y tiernas, el motivo de que estén esas estatuas es que los padres lloran la muerte de sus hijos nonatos o recién nacidos, y por ese motivo ponen las estatuas, aunque si se piensa fríamente es muy emotivo.
Justo en la parte donde esta el templo hay mucho que ver, desde un balcón con vistas a varios elementos más, incluso bambú.
Y si os animáis a seguir hasta arriba de todo, llegareis a ver unas magnificas vistas verdes, con tejados de fondo y el mar, es decir la bahía de Kamakura.
Y finalmente hay una cueva muy curiosa, dedicada a uno de los 7 dioses de la fortuna, exactamente a Benten-sama (la diosa de las artes), la cueva estaba llena de estatuas de ella, eso si si sois muy altos cuidado, hay zonas que hay que agacharse.
En conclusión es una belleza de sitio que recomendamos ver en una primera visita.