Pasamos una velada encantadora en el barco. Todos los componentes del equipo son muy amables, y desde el minuto uno, se encargaron de que estuviésemos cómodos y pasándolo bien, cuidando cada detalle y preparándonos una cena impresionante, con tapas, langostinos y pescado a la plancha, y vinos de la isla.
Repetiría una y mil veces, si buscan una experiencia excepcional, sin duda Vita Bel merece la pena.