Un lugar precioso. El hotel con un diseño muy especial. Cada espacio armonizado con pinturas y murales de conocidos artistas. La piscina con una vista privilegiada hacia el valle, las piezas entre las mejores que me ha tocado estar. Muy atento el personal tratando de hacer la estada lo mas agradable posible. La comida buenisima, bien preparada y servida. El vino excelente. El tour interesante y un masaje perfecto. Solo un par de detalles, el desayuno muy simple y la atencion a cargo de algunos jovenes un tanto inexpertos. Pero lo recomiendo sin duda. Buenisimo.
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Fecha de la estadía: marzo de 2017
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Realmente disfrutamos de nuestro viaje a Viña Vik.
El hotel es precioso y está situado en la cima de una montaña con vista a los viñedos. Es impresionante.
Durante nuestra estancia nos hizo algunos paseos a caballo, que era agradable y relajante, nadamos en su magnífica piscina infiniti, tenía un masaje y no un tour de vino. Fue muy relajante.
El servicio era bueno, pero era joven. Muchos pasantes y personal más joven, pero en general fueron muy serviciales y atendido en todos los sentidos.
La habitación en sí era muy cómoda. Toallas de ducha enorme con preciosa y una cama cómoda. Internet funcionaba bien.
Comedor estaba incluido. La comida era un poco por todo el lugar. En general estuvo bien, pero algunas proteínas estaban cocidas en una cena. En otra cena, la comida fue exquisita. Fue un poco contradictorio. La cena era vino que era agradable.
En general, una estancia muy agradable.
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Fecha de la estadía: enero de 2017Tipo de viaje: Viajé con mi pareja
Habitaciones
Servicio
Calidad del descanso
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Reservamos a través de Booking (algo más barato que en la web del hotel). Waze nos llevó por mil caminos rurales... bonitos porque los frutales estaban floridos. Al llegar, solo se observa un portón de madera, bien rústico. De ahi hay que avanzar por camino de ripio, no del todo liso. Al llegar al hotel (en la cima de una loma-cerro) nos recibieron dos chicas muy amables. Una se hizo cargo de estacionarnos el auto y de las maletas; y la otra, de llevarnos al 'front desk'. Como el día anterior nos habían pedido por whatsapp la copia de nuestros carnét más los pases de movilidad, el check in fue muy rápido... solo entrega de nuestras llaves.
Por la hora, nos dirigimos directo al restaurante. Después de las 15:00 no ofrecen almuerzo de 3 tiempos, sino que algo más liviano. El menú (vía QR) es fijo para todos los días, y consiste en 4 platos a elegir de entrada, 4 de fondo y 1 postre del chef... más café, agua y vino La Piu Belle rosé y Milla Cala (supongo que otras bebidas también están incluidas). Elegimos: croquetas de jaiba y ensalada del huerto (ambos muy ricos); garrón de cordero (lo desmenuzan y lo arman alrededor del hueso... seco seco seco, ni una gracia) y lomo liso (no me preguntaron el punto de la carne, y me llegó ROJA). El almuerzo vale CLP 98.000 para dos personas.
Como el día era primaveral soleado, quise usar la piscina: No es temperada. Solo me mojé los pies (bien valdría ponerle un panel solar).
Así que decidimos recorrer un poco el hotel... que tiene, al lado del 'front desk' (donde hay unos MUY pocos productos a la venta), una gran sala de estar, bellamente decorada (hay mucha inversión en arte) con mesa de pool, y una pequeña biblioteca con libros para poder leer. En el piso -1 hay un pequeño gimnasio, una sala de yoga, y una sala de televisión con mesa de ping pong (las habitaciones no tienen televisión). Y en el piso -2 está el spa... con sala para masajes y sauna.
Motivada con la idea del masaje, con mi marido fuimos al front desk a inscribirnos para el día sabado en la tarde. El muchacho nos dijo que 'justo' sábado había dos masajistas. Pensamos, perfecto! nos hacemos un masaje doble. Al día siguiente fuimos... pero había una tercera persona sentada. Mmmmmm el chico del front desk nos había anotado como 1 persona (y no 2)... así que NO nos hicimos el masaje. Gracias a la 'confusión', el hotel nos regaló una botella La Piu Belle rosé.
Ese mismo sábado, a mediodía, hicimos el 'tour', que solo es por parte de la bodega. Una bodega con entrada preciosa e impresionante. La chica finlandesa que nos hizo el recorrido fue muy amable. Nos explicó super bien el proceso del vino, y finalmente nos hizo la degustación de 4 copas... la última es de VIK. Tras eso llegó el ofrecimiento de comprar botellas. No quisimos. En Supermercado Diez están más baratas. La sala-cueva de la degustación es muy bonita, salvo que al lado había maestros/trabajadores hablando muy fuerte, lo que retumbaba mucho en el audio ambiente. Sugeriría que las degustaciones fueran mas silenciosas (de las salas adyacentes), sobre todo considerando que son en 2 horarios: a las 12 o a las 17 horas.
La habitación: Tras revisar cada una en la página web de Vik, me gustó la Azulejo porque tiene mejor vista al tranque (y en Booking pedí que me dieran esa y otra más que no recuerdo). No me equivoqué, ya que, en primavera, las parras están sin hojas, así que todas las habitaciones que dan a ellas tienen una vista totalmente color café y polvorienta.
Azulejo es una de las habitaciones 'desde'. No tiene balcón, pero tiene un gran ventanal, suficiente, que se abre por ambas hojas del termopanel. La cama, exquisita, con sabanas de lujo (marca Frette). El cielo y la muralla de al frente a la cama, con azulejos celestes. Gran closet, con caja fuerte y frigobar (con bebidas y agua mineral con y sin gas).
El baño... con lavamanos doble, una tina (sin cortina) y un espacio para la ducha sin nada de contención del agua. La ducha se puede elegir que caiga del techo o de la pared. Sea cualquiera de las opciones, queda todo mojado. Así que incluso la toalla para el piso hay que dejarla lejos. Ponen muchas toallas, y hay rico jabon, shampoo y acondicionador.
La cena cambia todas las noches e incluye un primer paso (entrada), un segundo paso (segunda entrada), plato principal y postre. Ejemplo de una noche: Tartaro de jaiba, crema de arvejas sobre pesca del día y filete de res con puré de coliflor. El chef se esmera en la decoración con flores del huerto y adornos de salsas. Si bien se ve un poco frugal, uno queda bien con la cena. El vino es La Piu Belle rosé y La Piu Belle. Para tener una idea, la cena para dos personas sale CLP 180.000.
Con todo. Es un hotel caro, pero lo vale. Sin embargo, no volveríamos. No es que no nos haya gustado o le hayamos encontrado algo. Solo que "ya fuimos"... o sea experiencia realizada... y hay más oferta de viñas. Por ejemplo, creo que el restaurante de Montes (Fuegos de Apalta) es mejor.
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Fecha de la estadía: septiembre de 2021
Consejo sobre las habitaciones:Elegir si se quiere con vista al tranque, o a las parras (que dependiendo de la época del año...
Calidad/precio
Habitaciones
Servicio
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En realidad fue uno de los primeros huéspedes en el hotel en 2014 Octubre- estaba casi vacío, siendo todavía terminado, así que tuvimos el placer de explorar los muchos peculiar, precioso, artístico, lujosas habitaciones. Nuestra habitación era la esquina "" Hermes, con vistas de los lagos, montañas y viñedos en ambos lados, incluyendo desde la bañera permanente gratuito en el cuarto de baño, y era probablemente el más precioso y único sitio en el que nos hemos alojado. Todos los pequeños detalles estaban allí, en un sólo día teníamos una degustación de vino, recorrimos los caballos chilenos a través de los viñedos encantadores, exploramos el arte, tenía un masaje, leer en la biblioteca. El servicio era perfecto. Nunca hemos tenido una estancia mejor en cualquier parte. Mi única advertencia es que las habitaciones varían enormemente en cuanto a estilo y decoración así que asegúrese de seleccionar una coherente con su gusto particular, o puede no ser tan satisfecho como nosotros.
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Fecha de la estadía: diciembre de 2015Tipo de viaje: Viajé con mi pareja
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Soy chileno y no conocía el valle de Colchagua, Por lo que decidimos ir por una noche con mi señora. Esta a 2 hrs de stgo y todo el camino está impecable. El lugar es maravilloso y la infraestructura bellísima. La atención de todo el personal fue de primer nivel y nos sentimos siempre muy a gusto. Una cosa que no sabíamos y es útil es que las piezas son personalizadas. Nosotros nos quedamos en Cienfuegos y fue de todo nuestro agrado. La comida es de primer nivel. Tomamos el wine tour y cabalgata. Ambas valen la pena. Mi señora tomo un masaje y también le encantó. Lo único fome fue que quisimos una tv para la noche y no quedaban disponibles
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Fecha de la estadía: marzo de 2019Tipo de viaje: Viajé con mi pareja
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