En los próximos años, esta área verá la modernización. Venga pronto aunque es relativamente subdesarrollado si quieres caminar a lo largo de millas de playa relativamente prístina y virgen. Es un Surazo surfer's exclusivo lodge. Reserve una habitación en el frente de playa; el dinero extra vale la pena las hamacas y su propia terraza para disfrutar de la vista. Las habitaciones interiores son calientes y cosas que requieran abrir ventana. bicho atractivo Las camas son de buena calidad. Pero la bañera es todo de madera, lo que significa el baño incluyendo el lavabo están empezando a degradarse a daños causados por el agua. La comida es deliciosa, pero el menú no cambiar los 3 días que estuvimos allí y otros lugares para comer. La hoguera de la noche en la playa es también un buen detalle es la bañera de madera en el spa. El personal es encantador, pero ayuda tener a Español o traducir de forma rápida utilizando google inglés porque no hay aquí. Wifi está presente pero débil aunque suficientemente bueno si en la pequeña sala común.
Mi esposa y yo fuimos a Matanzas para celebrar nuestro aniversario, y nos alojamos en el hotel para el fin de semana. La experiencia fue maravillosa, y se lo recomendaría porque muchas válidas de puntos. Primero, el hotel está incrustado en el bosque natural, por lo que tiene un aspecto ecológico que es muy atractiva. Luego, la gente es muy amable y vaya más allá de sus funciones para ayudar a su estancia. Además, la comida del restaurante es increíble, y además tendrá la oportunidad de probar otros restaurantes en la zona que son también muy bueno.
Cosas que hacer: asegúrate de nombrar a tiempo para usar el hotel spa exterior, tomar una copa en el bar de la playa, de donde se encuentra ahora surf o buceo lección, y visitar los pueblos locales ( Navidad, La Punta, etc. ), y si tienes tiempo puedes tomar el viaje al valle de Santa Cruz (2 horas) y visitar los viñedos.
Otras cosas a tener en cuenta: el hotel tiene muchas opciones de la habitación, así que se puede ir con niños, o simplemente con su pareja; para llegar a Matanzas necesitas conducir, y le lleva como 2,5 horas de Santiago.
Gran experiencia, seguro que intentaré volver para otra ronda.
Un precioso hotel con encanto, elija una habitación con vista al mar, justo en la playa. El
restaurante también sirve una excelente comida
Matanzas es bastante viento, pero si te gustan los deportes de agua de mar es el lugar, y si no practicarlas es divertido para ver
En resumen es recomendable si lo que buscas es tranquilidad y descansar. Creo que volvería.
Cosas buenas:
- Habitación: La habitación frente al mar es de buen tamaño (4x5 o x6 quizás?), limpia y la cama muy buena al igual que las sábanas. Ahora en invierno se agradeció muchísimo llegar y que la habitación estuviese calentita. La hamaca en la terraza se disfruta al máximo gracias a la manta de lana que hay en la habitación. El baño es pequeño pero cómodo. Tiene lo que se necesita.
- Restaurante: el lugar muy lindo y bien calefactado. Lo mejor fue el postre: el fondant (coulant) de chocolate.
- Hot tub: sin duda lo mejor del hotel. Hay que reservarlo. Mi recomendación es ir en la noche para poder disfrutar de un cielo despejado y la diferencia de temperatura (30 grados?) ayuda un montón a relajarse. Lo mejor: nadie cerca y el sonido del mar.
- Atención: en general muy buena. Se ve que invierten en el personal (por primera vez en chile no me contestaron mal en un hotel).
Mejorables:
- Habitación: Se escucha todo (TODO) lo que hacen tus vecinos. En el hotel se respira el esfuerzo de sus dueños en todos los detalles, pero escuchar a los vecinos para mi es impensable. Esta sería la única razón por la que no volvería.
- Restaurante: Los detalles del restaurante te invitan a tener expectativas altas, y cuando llega la comida lamentablemente (en nuestro caso) te decepcionas. Nosotros pedimos el cordero, el congrio y los canelones de jaiba. Ninguno lo pediría de nuevo. El postre estuvo ideal!
- Pago: en el restaurante se puede cargar la comida a la habitación y así lo hicimos. Al llegar la hora de pagar decimos que nos gustaría agregar el 10% a la comida de la noche anterior por el buen servicio y nos dicen, con cara de sorpresa, que ya se lo habían agregado a TODA la cuenta. Es decir, le cargaron el 10% a la habitación del hotel también. De todos los hoteles donde he estado (que no son cruceros) por primera vez me cargan automáticamente el 10% a la habitación. Me pareció de mal gusto. Este último punto puede que sea un tema cultural, pero las propinas son voluntarias y no tuvimos room service ni nada como para que nos cobrasen eso.
Después de hacer un poco de investigación y oír de mis amigos recomendaciones sobre dónde podía ir a desconectar yo, recargar mis niveles de energía y en la misma activas, tuve mucha suerte de encontrar hotel Surazo.
Ubicado a sólo unas horas de Santiago (3), en la pequeña ciudad costera de Matanzas, éste es el lugar perfecto para disfrutar de una mini escapade para relajarse y darse el gusto.
Reservamos un Pacífico, al lado de la playa, con vistas espectaculares al océano y al atardecer. La cama es bastante cómoda y la habitación estaba muy limpia. Hay una pequeña terraza que conecta la habitación a la playa, la cual tiene una hamaca y una silla de playa.
La noche que llegamos Carmen y Johanna fue extremadamente útil al organizar todas las actividades, desde la cena ( ¡Dios mío! la comida! ), lecciones de surf, masajes y bañera de hidromasaje. Incluso tuvo un desayuno tardío para nosotros después clases de surf en el domingo nos marchamos.
Yo estaba inmensamente feliz de saber que hay lugares como éste en Chile, perfectamente imbibición los conceptos de la naturaleza, los deportes y relajación con un gran servicio al cliente.
El único inconveniente es que no tuvimos más días de estancia allí.
Creo que hay algunas esferas para mejorar el sistema de reservas para las personas que están tratando de reservar desde el extranjero, y para añadir un restaurante ¨cómo llegar aquí è sección en la página web.