El restaurante de la hacienda es una delicia,las habitaciones muy espaciosas y la tranquilidad del entorno increíble.La dueña de la hacienda (Vivianne?) es muy amable y visitamos con la recepcionista el pequeño recorrido dónde se pueden ver fotos de los antiguos propietarios y la historia del lugar.Contemplar el cielo por las noches desde los patios es impresionante,al no haber contaminación lumínica.Fué una pena que los jardines estaban cerrados por reforma,pero los paseos por el campo junto a las caballerizas son muy relajantes. Todo un descubrimiento.
Lugar clásico y hermoso en marchigue. Digno de visitar. Habitaciones clásicas bellas, con patios interiores que evocan la presencia de próceres de la patria. En cuanto al servicio debo dividir el análisis: a) personal amable y atentos, dispuestos a ayudar y resolver cq potencial inconveniente. B) falta de personal para adecuada mantención, donde se refleja que la administración a distancia no es óptima. En cuanto a la gastronomía repito una experiencia ingrata. En esta oportunidad simplemente nos levantamos y retiramos sin reclamar. Solo dos mesas siendo atendidas con menú de autor de $20.000 por persona pero por reloj 12 minutos en dictar el menú para luego desaparecer, cuando llegamos a los 20 minutos fue cuando nos retiramos sin probar el pancito de cortesía que nunca llego…
Agradecemos de corazón la hospitalidad, acogida, los detalles, riquísima cocina y corazón con que cada miembro del equipo nos recibió. Nuestra hija gozó de los talleres, disfrutó del campo, del taller de cocina, de los desayunos campestres y de los animalitos. Nos fuimos encantados del lugar y del calor humano. Gracias a Julio, Cynthia, Liliana, Ronnie, Alejandra, Ángel. Ángela, Jeannette, Erodith y Don Mario. Esperamos volver pronto ¡¡¡, con inmenso agradecimiento Amparito, Ricardo y Paulette
Excelente comida, habitaciones reconfortantes y sobre todo buenísima atención. Aparte de eso, el lugar posee una privilegiada ubicación en el corazón del campo chileno. Lo recomiendo totalmente para desconectarse y descansar. Volvería a este lugar histórico de todas maneras.
El hotel en si es precioso . Las piezas muy frías y falta de decoración . El Restaurant bueno . La atención en si buena pero falto de personal . Ofrecieron paseos en bicicleta , pero varias estaban en mal estado . De los hoteles de la zona ... es el más débil que he ido .
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