Estamos hablando de lo mas top, por eso quiero calificar con una escala muy alta. La viña es maravillosa, el vino maravilloso, las instalaciones preciosas, buena calidad en todo, Sabanas, decoracion , loza, etc. No puede haber en este hotel loza picada no. La comida fue muy deficiente muy pobre en todo sentido sabor, calidad, el personal ese dia estaba dedicado a atender al dueño de la viña lamentablemente fuimos el mismo dia ,en mi cena nada coincidio pedi un rose sour que llego a destiempo los vinos tambien llegaron tarde, hay que calificar en cuanto uno esta pagando y creo que el restorant esta sobrevalorado, en el desayuno paso lomismo nunca llego mi te, fuimos con todo incluido pero los extras realmente tambien sobrevalrados en precio,, yo no volveria probaria otro lugar, aunque hay que conocerlo.…
Almorzamos en el restaurante pavillon el menú de cinco pasos. La verdad es que es muy bueno acompañado de buen vino y el valor no es elevado comparado con otras viñas. Visitamos fuegos de apalta y este último fue sorprendentemente mas costoso que VIK y ciertamente muy pero muy malo. Si quieres visitar el hotel, esto no es posible ya que el restaurante esta muy alejado, son instalaciones diferentes. El lugar es hermoso y todo delicioso. Lo recomiendo para ir con amigos o pareja. Un punto importante si vas con adultos mayores o personas con discapacidad, el restaurante solo tiene baños en el subterráneo con escaleras obviamente, esto me pareció muy mal. Cuidado ya que hay muchas abejas, una nos pico, para que tome precauciones si es alérgico.
Fuimos con mi Sra. en nuestro aniversario numero 5... ambos somos amantes del buen vino, principalmente por ello decidimos ir a esta viña ubicada en el valle de Millahue. No tenia la fortuna de conocer este hotel y la verdad no desentonó...Me sorprendió de hecho que nuestro pais pueda ofrecer una experiencia tan única e innovadora. Definitivamente nosotros fuimos para distraernos y en busca de buena mesa, buena atención y por sobre todo buenos vinos y la verdad se encuentran de manera perfecta estas 3 características en la viña Vik. Me encantó el Hotel, mas aun que por política del hotel no hay televisor en la habitación por lo que realmente uno puede desconectarse de lo cotidiano y disfrutar las instalaciones, los tours, degustaciones, cabalgatas etc... Todo lo que ofrece el hotel y mas. Volvería a ir sin dudas. A mejorar, creo que el servicio de Bar es deficiente, ya que uno no solo espera en una cena degustar los maravillosos vino de viña Vik sino que también espera poder contar con una carta de cocteles, bajativos etc y no lo hay, o hay muy poco que ofrecer y a precios exorbitantes. Creo que si el alojamiento y estadía en este hotel ya es caro, no es necesario ridiculizar los precios. Por ejemplo por una medida (menos de una onza) de wisky macallan (la botella en el comercio cuesta 50 mil para que tengan una referencia), por dos vasos con la medida señalada nos cobraron 54 mil pesos, 27 mil cada uno de una medida ridicula. Un exceso y no había mucho mas que pedir en el servicio de bar. Deben mejorar aquello. Del resto solo tengo buenos comentarios. Excelente atencion de los garzones, sebastian el mixologo extraordinario, aprendimos mucho con el. La piscina de borde infinito con vista al valle y que se puede ver desde el balcon del restaurante milla milla un espectáculo. Las porciones de las comidas perfectas a mi gusto (no se ilusionen que son platos rebosantes), muy buenos platos, el desayuno bueno pero podría ser mejor ya que ponen un plato con queso manchego, queso normal, una lamina de salmon y una lamina de jamon con 4 tostadas de pan de molde. Me parece pobre, aunque si ofrecen variedades de huevos del huerto y 2 tipos de facturas o bollería. Podría ser mejor.…
Esta es la tercera vez que me hospedo con ustedes y en las otras dos oportunidades bien merecía lo que promocionaban. Esta vez fue una total y completa insatisfacción, ya que visite un Viñedo que dice ser el N°1, con vinos de primera y con costo de alojamiento all inclusive más caro del mercado. Sin embargo mis experiencias anteriores fueron tan buenas que bien valía la pena ir nuevamente, pero en esta ocasión VIK fue muy decepcionante en varios puntos. La atención del personal e instalaciones de primera como siempre, pero la comida era igual que ir a cualquier restaurant a la hora de colación tipo menú ejecutivo, pues no hubo creatividad, nada que fuera diferente a lo que se come en un all inclusive económico. Dentro de la variedad gastronómica tenían zanahoria, esparrago y arvejas, presentado los 3 días en diferentes formatos. Dentro de las proteínas sólo sirvieron pollo y vacuno, ni siquiera cocidos a punto, en las ensaladas lechuga y tomate o un tabule de quinoa que sólo tenía cebolla picada y tomate sin sabor. Al llegar a los postres comentaban que sería "una sorpresa de chef", y si que me sorprendieron, porque me sirvieron el mismo postre del viernes el día domingo, que de paso, constaba en unos mini trozos de brownie, con 2 cuartos de cereza y 2 de frambuesa; eso sí, todo adornado, pero el que está pagando US$ 2,500 dólares o $2.000.000 por dos noches, en una habitación standard que definitivamente no lo vale. Que decir del desayuno, servido en mini porciones que dan pena, sirven un plato para dos personas con una lámina de salmón, jamón y un triangulo de lámina de queso manchego y 2 ruedas de queso fundido, pero, con opción de diferente huevos, sin duda esperé más creatividad por parte del chef. Uno espera que un Viñedo de este nivel cuente con un maridaje adecuado para un servicio de comida de primera, que sólo consigues en los mejores restaurantes, como efectivamente era antes, en donde existía un efecto wow entre comidas y paisajes. Lamentablemente bajó la calidad y no vale nada de lo que te cobran por la estadía, así que sin duda no volveré.…
Es la segunda vez que junto a mi señora visitamos este hermoso lugar. Es un hotel exclusivo ubicado en el Valle del Millahue, rodeado de la Viña VIK en lo alto de una loma que domina el valle, lo que le da, una vista espectacular. Tiene habitaciones en el edificio central en 2 niveles todas decoradas de manera diferente. Nosotros nos alojamos por 2a vez el la habitación VIK, que tiene una vista privilegiada. La decoración, la cama, el baño todo de primer nivel. Las habitaciones rodean un área central donde está la recepción, la sala de juegos un pequeño jardín japonés y por supuesto el Restaurante Milla Milla, donde pasamos largos momentos del todo incluido (desayuno, almuerzo y cena). Tiene un balcón hacia la piscina y el tranque con una linda vista. Debo destacar que la comida es un deleite, siempre variada y exquisita. La atención del personal es cálida y solícita. La piscina mira al tranque y al valle, de borde infinito y temperada, tiene un área para tomar sol, donde te traen bebestibles y snaks (esto último con restricciones propias de la pandemia). Existen excursiones autoguiadas, a pie y en bicicleta que proveen, de buena calidad. También hay cabalgatas, tour y degustación a la Viña con precios especiales de los vinos a los visitantes. En resumen un lugar al que hay que ir!! Lo mejor : la excelente atención de cada uno del personal, destacando a Alberto, Daniela, Javiera, Alejandro, Samuel, Joan y Sebastián del Restaurante y a Alba de recepción. Por mejorar: si bien es un hotel de una Viña y el énfasis está en los excelentes vinos, se requiere de una más amplia gama de oferta en licores para disfrutar un bajativo después de una excelente cena. Lo malo: esta vez nos tocó coincidir con la celebración de un matrimonio y había un grupo de pasajeros, a los cuales se le privilegió con la terraza del restaurante (que a todos nos gusta en días soleados por su vista), en desmedro de el resto de los pasajeros, que nos vimos perjudicados por su presencia. Imagino que no es la primera ni la última actividad de este tipo, así que sugiero que su presencia no afecte al resto de los clientes, o de ser así, que derechamente cierren el hotel para el público en esas fechas!…
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