Un fin de semana perfecto. El pueblo colgado de la falda sur de una montaña mirando hacia todo el valle de Sabiñanigo, tranquilo, bonito y soleado. La casa bien cuidada y equipada. Y lo mejor: el cuidado, la cercania y la atencion de su dueño. Todo perfecto. Volveremos!
Nos alojamos allí por 3 noches y la casa estaba impecable y el entorno es perfecto. Los anfitriones fueron muy amables y trataron un problema menor profesionalmente. A nuestro perro también le encantó el lugar y recomendamos este lugar a eneryone. ¡Qué joya!
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