Me quedé en febrero 2022, pedí factura y me dijeron que la enviarían por correo. Nunca llegó y nunca respondieron. Dos meses despues, dada mi insistencia me indicaron que habian hecho una boleta y que ya no era posible emitir la factura. Servicio amateur y poco profesional
Fuimos el fin de semana pasado con mi mujer y mi hijo, sin saber del restaurante entramos y para nuestra suerte había una mesa disponible, pedí un pisco sour que estaba exquisito, el mero con polenta espectacular, mi mujer pidió el lomo vetado con setas un verdadero manjar y mi hijo ordeno una pizza que estaba de otro planeta, la atención muy rápida y amable, la arquitectura es muy bonita y la vista sublime. Altamente recomendado le doy 10/10.
Excelente escapada en este hotel, cumplió y sobrepasó expectativas acorde al precio/calidad. Alta gastronomia en un restorant bello, muy buena atención de todo el personal, barra muy buena con uno de los mejores pisco sour que he probado. En las piezas, todo muy ordenado y atención en limpieza, todo muy limpio. Los servicios incluidos como uso de las tinajas calientes muy bueno, te preparan con anticipación reservandolas y puedes solicitar tragos para acompañar. Agradecer a Carmen y Gonzalo de la recepción por su buena disposición y hospitalidad. Lo recomendaria a cualquier persona.
Fuimos sólo por una noche, para escapar de la ciudad. El lugar, Matanzas, tranquilo un refugio entre el cerro y la playa, el hotel está plenamente camuflado con el lugar, con materiales nobles, iluminación tenue y espacios perfectamente hechos. Llegamos a almorzar (les recomiendo el volcán de chocolate, los pisco sour y las pizzas). El ambiente muy agradable, reservamos habitación con vista al mar, todo perfecto. El Hot tub tranquilo y relajante, en suma todo fantástico. Volveremos, nos faltaron las clases de Windsurf
Fuimos 3 noches con mi pololo. El lugar increíble vista, todo muy bonito, y cómodo. La cama exquisita y muy grande. Con respecto a la atención del hotel nada que decir, realmente impresionante. Sobre todo los dos Johnnys, uno de barista y otro de garzon. Siempre preocupados de que estuviéramos bien y cómodos, cosa que no pasa mucho cuando eres muy joven, generalmente no te pescan. Además de que los tragos y la comida INCREÍBLE. Lo más choro es que en las tardes prenden fogones y se hace un ambiente muy entretenido donde uno comparte con más gente, muy bacan. Definitivamente una experiencia inolvidable, volveremos si o si. Muchas gracias por todo hotel surazo
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