Es un lugar muy bonito, con una linda vista y totalmente con un ambiente de relajo. La limpieza del conteiner que nos tocó no fue muy buena, las ollas llenas de polvo, la muralla de la "cocina" sucia, y las toallas no tenían un rico aroma, pero las sábanas maravillosas! El personal muy amable y atento. La piscina agradable pero muy pequeñita, para que no tengan expectativas de nadar, pero si de tomar un rico mojito en la piscina. Podrían aprovechar mucho más los espacios, como el fogón sólo se prende durante media hora y luego proyectan una película en el mismo lugar, podrían dejar a los huéspedes que mantengan el fogón (como lo hacen en otros hoteles) y armar un ambiente para compartir entre los huéspedes. En general nos gustó mucho el lugar pero está muuuuy sobrevalorado, muy caro para el servicio que prestan.…
Fuimos 3 parejas, por 4 días y 3 noches. El lugar dispone de 12 containers ambientados como cabañas, todos tienen una vista realmente hermosa al lago, y los alrededores son muy lindos. Se puede hacer trekking ligero, andar en kayak (recomendable ir con guía), arrendar cuadrimotos,hay cine nocturno al aire libre y una pequeña piscina. Por la situación actual de pandemia, el tour a la viña Laberinto no está disponible. Cuentan además con taka-taka y air hockey para jugar en familia. La atención es muy personalizada, todos muy amables, atentos y cercanos. Tuvieron paciencia infinita con algunas peticiones. Diría que este es el punto más fuerte del lugar. Agradecimientos en especial a Tania e Issey. Sin embargo, hay varias falencias que hacen que la estadía no sea lo que uno ve en sus redes sociales: - Te ofrecen, si es que quieres desconectarte completamente de cocinar, almuerzo o cena. El primer día llegamos a almorzar, habiendo reservado el día anterior. Se nos ofreció originalmente de entrada una ensalada, de fondo un rollo de papas rústicas con carne, postre fruta y un vaso de vino o jugo a elección. Nos llegó, una ensalada de lechuga con tomate, un plato de porotos solos qué no tenían ni siquiera choclo y una mini ensalada de frutas, con un vino que estaba pasado. Todo eso por $12.000 . Al momento de hacer check out, preguntamos sutilmente si ese era el precio, cuando habíamos negociado originalmente otra cosa, y no hubo ningún intento de hacer un descuento. Obviamente después de la experiencia de almuerzo del primer día, no quisimos solicitarlo pata los días siguientes. Por otros comentarios en distintos foros de viajes, el ítem comida es el gran pero del lugar. Sin embargo, un día pedimos 3 variedades de pizzas y estaban buenísimas. Lo mismo, las quesadillas y fajitas. Cuentan con algunos tragos, bastante buenos. Y tienen varias variedades de cerveza de la zona. - Se promociona un almacén en Ecorefugio, que da la impresión que está en las inmediaciones del lugar, pero en verdad está caminando a 30 minutos . - El muelle, en verdad está cruzando el camino y luego bajando por un camino bastante agreste. Se entiende que no quieran mejorarlo para evitar ingreso de vehículos, sin embargo, no permite el acceso para ir con niños pequeños, ni personas con algún tipo de limitación. - Los refugios son rústicos, pero cómodos. Tienen todo lo necesario para cocinar. Sólo sé agradecería un lugar donde dejar las maletas y la ropa. Para personas con algún tipo de limitación de movilidad, recomiendo elegir el refugio 1 que cuenta con rampa. En suma, el lugar es lindo y tiene mucho potencial. Lo que completa la experiencia, es la gente que lo hace funcionar, sin embargo, aún queda bastante por mejorar. …
El container donde nos quedamos era muy pequeño, incómodo. Cuando llegamos hacía mucho frío y no estaba temperado. Cuando prendimos la estufa se humedeció completo. La comida no era buena, estaba fría cuando nos la llevaron. Muy caro para el servicio que entregan. La atención muy buena, muy amables. El paisaje es hermoso.
Visitamos este hotel con la expectativa de relajarnos y esto se cumplió en un 100%. Se trata de un complejo turístico que ha optado por contenedores en lugar de construcciones sólidas. Hasta el momento son 12 “refugios”, cada uno se encuentra equipado con: parrilla, refrigerador, cocina y estufa a gas. Además, cada refugio tiene su propio balcón con vista al lago y una terraza propia. Desde septiembre se instaló un sector de spa, muy lindo. El desayuno que incluye el hospedaje, es completo y se sirve en la habitación. Si van, es buena idea ir en camioneta 4x4 y llevar zapatillas.
Pésima experiencia. Problemas desde que llegamos ya que se había cambiado nuestra reserva y nos querían dar el “refugio” de más abajo, lo que significaba subir y bajar un trayecto no tan corto cada vez que quisiéramos ir al auto. “Refugio” mal cuidado, mal aseado, incluso mal nivelado, por la inclinación las ventanas se cierran solas. Quisimos ir a la playa que nos comentaron en la recepción, nos perdimos ya que la explicación fue muy mala y llegamos a un lugar horrible, donde incluso está la manguera de una casa. El desayuno lo único rescatable es el pan amasado, la mantequilla alcanza para medio pan. Que decir de la ducha, además de sentir que el piso se hundía, el jabón era un chiste nos alcanzó para lavarnos las manos. Una verdadera decepción y bastante cara por lo demás.
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