Es tan enorme que todo mueble es poco diré a favor de los decoradores si es que alguien se pudo a decorar. La sala del desayuno por que los muros y techos y ventanas son de castillo que si no parece de una frialdad, máquinas vending para servirte zumos, cafés. Todo el desayuno una experiencia no buena. Frutas enteras con mala pinta, pan de molde blanco y bollos de pan blanco, no se puede escoger. Esta muy orientado a eventos grandes y bodas. La habitación duplex original y muy amplia, pero olía mal. Pusieron un enchufe ambientadle que aún olía peor.
En un ambiente de tranquilidad absoluta y una belleza inigualable se encuentra esta fortaleza que sin duda ofrece calidad y bienenstar para recorrer la zona. Bérgamo, Trezzo etc que se encuentran en su entorno. Aunque algunas cosas necesitan mejorar en cuanto a necesidades que estamos acostumbrados a encontrar en hotel de estas calificaciones, si bien es conocido que Italia precisamente no es de los paises que mejores hoteles ofrecen.. El personal excelente, muy simpáticos y serviciales, les perdonaremos esas carencias que pasan a ser insignificantes cuando tenemos tanta belleza alrededor. Excelente :-)
Registro en restaurante cerrado los lunes por la noche. Habitación con paredes delgadas de papel y puedo escuchar al chico de la habitación contigua respirando. ¡Pensaría que era asmático o que tenía alguna molestia, pero no ha dejado de hablar por teléfono! ! ! ! ! En serio, si vienes a este hotel pensando que será relajante, ¡puedo asegurarte que NO! ! ! Si hay parejas que buscan una escapada romántica y piensan que esta puede ser la mejor, piensen de nuevo, ya que este lugar solo podría usarse como anticonceptivo.
Pasamos cuatro noches viajando como dos parejas. Las habitaciones estaban impecablemente limpias y el diseño era moderno y acogedor, pero al mismo tiempo mantenía el aspecto vintage. El personal es realmente servicial y amable. También disfrutamos el desayuno, especialmente los pasteles caseros y el café eran increíbles. El restaurante del hotel merece la pena, nos deleitó la deliciosa comida y disfrutamos de una copa de vino y vino en el patio del castillo. No obstante, la vista y el entorno son narradores. Lo recomiendo encarecidamente, es perfecto para pasar unos días lejos de las multitudes, las mermeladas y el ruido de la ciudad y disfrutar de un ambiente relajante.
Así que me alegro de haber elegido este lugar para quedarse cuando teníamos que volar desde Milán. Es un lugar mágico y el personal es atento y amable. El restaurante era genial, con comida sabrosa y un gran servicio. Estaba tranquilo cuando nos quedamos lo que nos gusta. El castillo ha sido renovado, pero no por la borda, todavía tiene un montón de encanto antiguo. Nuestra habitación era espaciosa y la cama estaba en las escaleras en el entresuelo. Los techos son muy altos y siempre miraba los techos bellamente pintados. Caminamos por la zona y hay mucha historia. Nos encantó la conexión de Miguel Ángel con el hotel también. Pensando en volver con un grupo de amigos.
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil