Son unos impresentables. Nos han llevado a otro hotel, sin desayuno, sin ningún tipo de comodidad y sin una sola disculpa porque tenían lleno este. Este hotel (Siculo, no es un hotel si no un apartamento en un barrio bastante malo) es muy muy básico y vale bastante menos de lo que pagamos nosotros por la reserva. Ninguna solución, ni nos cogen el teléfono. Hemos viajado por todo el mundo y jamás hemos tenido una experiencia así. Espero que las webs de reserva tomen nota y dejen de permitirles reservar con ellos. Hasta que no me devuelvan mi dinero no voy a parar de quejarme
Hay lugares donde es fácil alojarse en un B&B. Palermo (Sicilia e Italia en general) es uno de ellos. Aparte de que los precios suelen ser más contenidos que en un hotel, estos espacios suelen gozar de la ventaja de ser más cercanos al huésped, al tener menos habitaciones. Viendo las calificaciones de TripAvidsor nos decantamos por este alojamiento, y fue un acierto. Está situado cerca del mar (200 m al puerto deportivo llamado La Cala), a espaldas de la Muralla de los Cautivos y rodeado de varios palacios (Steri, Zecca, Abatelli...). Está en un "vicolo" o calle peatonal a 80 m de la Plaza Marina (donde pudimos aparcar gratis y seguros sin ticket ni distintivo durante los dos días que estuvimos en Palermo. Al otro lado de plaza hay un Carrefour Expréss). En la calle de al lado está el Museo de Marionetas, y de allí mismo (Porta Felice) sale la Via Vittorio Emanuelle (una de las principales calles de la ciudad) que nos llevará, paseando unos 800 m, hasta los "Quattro Canti" y la Piazza Pretoria (Ayuntamiento). 500 m. más y llegaremos a la Catedral y al Palacio Real. Y cruzando la Porta Nuova y caminando otros 900 m. llegaremos a las Catacumbas. Queda claro que la ubicación del Jardín de France es bastante buena para visitar los principales monumentos de Palermo (casi todo en un radio de 1 km). Nosotros tuvimos la mala suerte de llegar a Palermo bajo un auténtico diluvio, por lo que cuando subimos a nuestra habitación estábamos más que empapados (las inexistentes o desiguales aceras sicilianas se transforman en un continuo de pequeños pantanos con medio palmo de agua cada vez que llueve, por lo que recomiendo llevar calzado impermeable, que algo nos quitará). De noche es difícil dar con el B&B, pues poca gente conoce la calle (ni la policía, tras mirar en Internet, a quién preguntamos) y además no tiene ningún cartel llamativo en la puerta (lo mejor es poner en el GPS la Piazza Marina). Un buen detalle es que sobre las 19 h. nos llamaron desde el B&B por teléfono para ver donde estábamos. Giuseppe nos ayudó, bajo el diluvio, a aparcar y llevar el equipaje hasta el B&B, y tras subir los 3 pisos y medio (y esperar unos minutos a que abrieran el portal) pudimos acceder a nuestra amplia habitación, con suelo de cerámica, buen mobiliario, bien decorada y muy limpia. La cama era grande (buenas sábanas, colchón y almohadas), con balcón a la calle Butera. El baño espacioso y nuevo (buenas toallas, pero sin amenities), con ventana exterior y ducha de puerta plegable. El agua caliente abundante (la caldera está dentro del baño, por lo que de noche hay cierto ruido en el dormtorio). Tal vez lo mejor fue disponer de calefacción individual (varios radiadores) que inmediatamente pusimos en marcha para secar la ropa. La única pega es que la TV está situada lateralmente a la cama, aunque se puede ver bien desde las dos cómodas butacas de la habitación. Te dan la llave del cuarto, de la puerta del rellano de la escalera y del portón de abajo. Hay wifi. El desayuno se hace en una pequeña terraza con vistas (si no hace frío) o en el recibidor-recepción del B&B, y puedes tomar capuchinos (de verdad) o infusiones, algo de fiambre y queso, pan, mantequilla, mermeladas, zumos y bollería recién hecha (de microondas). Buena atención por parte de los jóvenes que lo atienden. Una muy buena opción (acogedora y muy económica) para pasar unos días en Palermo. Muy recomendable.…
Desafortunadamente, no fue una experiencia agradable. Los anfitriones echaron a perder la impresión desde el principio. Llegamos en el momento de la facturación, pero nadie nos estaba esperando cuando llamamos al timbre de la calle. Llamamos al número de teléfono indicado cerca de la puerta y el anfitrión, Michele, nos informó que no hay nadie allí y que llegará en 30 minutos (luego llegó tarde y llegó en 40 minutos). Tuvimos que caminar hasta la plaza más cercana (a 3 minutos), pedimos pizza y bebidas (estábamos agotados después del vuelo y caminábamos de la estación al centro) y le escribimos a Michele un mensaje de que lo estaríamos esperando aquí. Sin embargo, cuando Michele finalmente llegó y nos llamó, se negó a ir a la plaza y solo nos dio las llaves (le informamos que estamos en el medio del almuerzo). Dejé a mi esposa en el café y vine a ser y ser yo mismo y me informaron que nos ubicarían en otro ser y estar por una noche debido a la condición de aire roto en nuestra habitación. Respondimos que no lo necesitamos y deseamos permanecer en este estado, pero Michele dijo que la habitación no se limpia antes que nosotros (lo que parece más real, también es posible que hayan reservado en exceso sus habitaciones en realidad). Pregunté por qué no nos informaron con anticipación, y la respuesta fue que no pudieron ponerse en contacto con nosotros, ya que la reserva no se hizo directamente, sino a través de otro sitio (le dejamos a usted la idea de creer esta excusa). Además, Michele discutió sobre esperarnos hasta que terminemos nuestra comida en 30 minutos porque aparentemente tenía prisa por llegar a algún otro lugar, parecía una negociación en el bazar, pero reservamos nuestra postura y terminamos la comida. Después de todo, no nos dejaron otra opción (hemos pagado por adelantado) y aceptamos el traslado a otra ubicación que resultó no ser un ser y ser, sino un departamento de grado inferior mucho más alejado del centro de la ciudad. A la mañana siguiente, Michele volvió a llegar tarde por 15 minutos para recogernos y finalmente nos trasladó a Jardin, donde desayunamos, pero no pudimos registrarnos antes de las 11:00 e incluso nos negaron a ir al baño, así que tuvimos que explorar el cercano Palazzo Mirta. Debo tener en cuenta que ni Michele ni ningún otro miembro del personal no proporcionaron ninguna excusa verbal, y mucho menos una compensación por esperar el registro y la reubicación en apartamentos de clase baja. Para ser honesto, ni siquiera se mostraron culpables. be & be no muestra una buena relación calidad-precio con un desayuno muy modesto (sin queso excepto los procesados, sin huevos, jamón) y sin ascensor (tenía que subir con maletas en una escalera muy estrecha). En resumen, no recomendaríamos que esto se debiera a la mala actitud de los huéspedes, aunque se trate de una etiqueta de precio muy alta en comparación con otras empresas cercanas.…
La ubicación es excelente. En un agradable y del vecindario alejado en sólo unos minutos a pie del centro histórico. No tienen su propio aparcamiento (pensamiento reserva dice que tienen), pero en el parking de barrio es gratis. Tienes que tener suerte con encontrar un sitio libre y tráfico es frenético. El apartamento es muy agradable. Es un desnivel, dormir arriba. Lo único que echamos de menos un balcón. El Wifi funciona sólo en las zonas públicas. Una señal de pena no es suficientemente fuerte para tener recepción en las habitaciones. Sólo pagamos 50 euros por noche el desayuno, que creemos que es una muy buena relación calidad-precio.
Disfruté mucho mi estancia aquí. El personal fue excepcionalmente amable y servicial, todas las preguntas o problemas se resolvieron rápidamente y el alojamiento representa una excelente relación calidad-precio. Nuestra habitación era espaciosa y moderna.
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