Hermosas cabañas con excelente atención de sus dueños, maravillosos paisajes, todo impecable y cómodo. Veraneamos todos los años ahi, gracias a que sus dueños son muy atentos, serviciales y acogedores. Nunca hemos tenido ningún inconveniente. Las recomendamos de todas maneras!
Excelente atención, lo pasamos increíble. Acceso fácil para practicar trekking y mountainbike. Increíble la vista al lago y los volcanes. Disfrutamos mucho de las tinas calientes, en resumen una experiencia gratificante. Volveremos de todas maneras!!!
Las cabañas muy cómodas y equipadas, un agrado ver todo limpio y bien agazajado. Los servicios y espacios para los niños bonitos y muy seguros. Los dueños un 7, siempre preocupados de que no te falte nada para tu descanso y también de entregarte alternativas de ¿qué hacer en Frutillar?
Nos asignaron la cabaña 4, cuyo estacionamiento estaba inundado por aguas servidas por lo que debíamos saltar para no pisarlo. El interior de la cabaña estaba pasado al olor del excremento que venía del alcantarillado y al tirar la primera cadena ocurrió lo peor: ¡¡el w.c. se tapó y el agua contaminada comenzó a devolverse por los desagües del lavamanos y tina!!. Asqueroso. Adicional a esto los colchones de la tercera pieza de dicha cabaña eran tal delgados que sentías todas las tablas de ambos catres del camarote. Informamos lo que estaba ocurriendo tan pronto llegamos (14 hrs.) y la esposa del dueño nos cambió a la cabaña 3, que tenía exactamente el mismo problema con el desagüe. Así que de los dos baños que pagamos, solo podíamos utilizar uno, el de la pieza matrimonial, perdiendo ésta toda privacidad e resultando incómodo para el resto ir para allá. Al ducharte el agua no bajaba por el desagüe, por lo que se acumulaba en tus pies, y dado el antecedente ya no sabíamos qué calidad tenía el agua. En la cabaña 3, el aseo dejaba que desear, en las sábanas encontramos pelos en más de una cama, bajo la mesa del comedor restos de comida de alojados anteriores, pelos en el suelo del baño, entre otros. Mal. A pesar de todo eso, quisimos obviar el mal rato y concentrarnos en disfrutar nuestro viaje, casi ni alegamos por todo lo sucedido, 6 tranquilos y relajados inquilinos, cuando ocurre lo inesperado: estando sola fuera de la cabaña al día siguiente se me acerca un hombre (en la foto) preguntando por mi nombre, sin si quiera saludar, le indico que soy yo, dice que tiene que hacer el registro y sin solicitar permiso llega e ingresa a la cabaña no importándole la privacidad de quiénes estaban adentro. Se sienta y con un muy mal tono comienza a tomar mis datos, se los doy temiendo que una persona así se quede con toda mi información. Nos cobra y le digo muy tranquila que tengo la duda de si Booking me cobró directo a la tarjeta en el momento de la reserva y me grita “cómo le va a cobrar si eso no se puede, acaso no ve que yo no tengo su tarjeta”. OK el señor no tiene idea de cómo funcionan los pagos online ni la misma plataforma de Booking. Le digo que revisaré con calma los movimientos de mi tarjeta total no hay apuro y dice con rabia “haga lo que quiera”. Sigo sin entender qué le pasa. Mientras la página del banco carga, me entero que es el dueño del lugar y le pregunto si estaba al tanto de los inconvenientes que tuvimos con el desagüe y si según su parecer correspondería que nos haga un descuento porque no pudimos utilizar las instalaciones que arrendamos (2 baños) y por el mal rato. Y agresivamente dice “¿Por qué le voy a hacer un descuento?”, le digo “pero ¿por qué está enojado” y responde con más gritos y una cara de rabia impresionante. Dijo tantas cosas desafortunadas como “mi esposa no puede arreglar el desagüe a las 2 de la mañana” ¿¿¿¿quuué????. Solo bajó el tono cuando los 3 hombres y otras 2 mujeres que estaban en la cabaña aparecieron en el comedor ante sus gritos diciéndole que no tiene derecho a tratarnos así y dice “yo soy el dueño, esta es mi casa, hago lo que quiero”. Horroroso. Como ya no se estaba enfrentando solo a una mujer, acepta darnos un descuento solo si no escribimos mal sobre sus cabañas. Mal. Mayor razón nos dio para pagarle todo lo que quería, irnos tan pronto fuera posible y así hacerle saber a todos la calidad malísima de estas cabañas, que no se refleja en las fotos que uno ve en internet, y una atención horrorosa, que llega a dar miedo. Bonus track: Al llegar a las cabañas, nadie te recibe, tienes que descubrir dónde está la administración. Tocar puertas hasta que alguien salga a recibirte. Lo mismo si necesitas algo… ruega porque te atiendan. En la noche no puedes salir, porque si se te ocurre llegar a las 12 de la noche tendrán la reja exterior cerrada con llave y si tocas el citófono te odiarán por despertarlos.…
Hermoso lugar, tiene una vista privilegiada del volcán y el lago, las cabañas super cómodas, los días que fuimos lluvio mucho sin embargo no pasamos nada de frío, los dueños siempre atentos para que tu estadía sea memorable, hay juegos infantiles por lo que mi pequeño lo paso super. Un aspecto a mejorar, es que a veces anda un perro suelto, lo suficientemente grande para asustar a los niños pequeños.
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