Aunque ya habíamos probado el restaurante al poco de su apertura, la pandemia no los dejó repetir. La carta sigue siendo reducida, pero selecta. Lo mejor, el personal que pone la guisa al entorno, con el encanto de haber sido la casa del presidente Adolfo Suárez.
La verdad es que la experiencia nos ha decepcionado ?viendo las críticas y el hotel esperábamos mucho más . Sobretodo en lo que se refiere a un trato personalizado y a los detalles de un hotel boutique . El check in de pie súper impersonal y rápido y eso que nos alojábamos en la mejor habitación del hotel y la más cara . Ningún comentario sobre la historia del hotel o una pequeña ruta por las distintas estancias , nada ni un comentario . El desayuno muy escaso tazas buenas café muy malo , sin agua , sin ofrecer más café o más zumo , tuvimos que pedir más pan porque ers muy poco 2 rebanadas . Daba la sensación de estar a medio gas . Las habitaciones bonitas pero las camas nada especial . La diferencia en estos hoteles está en los detalles y desde luego en este no existen . Para mi no es un 5 estrellas . Una pena porque es un lugar muy bonito que podría explotarse mucho más .…
Lugar muy acogedor donde te tratan de maravilla y sin atosigarte. Uno de los mejores restaurantes en los que hemos cenado. La comida estaba espectacular, disfrutamos cada bocado. A destacar las croquetas, torreznos y las tostadas de sardinas. Los panes que sirven con aceite deliciosos también. Su vino blanco de la casa sorprendente. Y el personal es muy agradable, incluso la recepcionista nos enseñó el despacho y nos dijo que saliéramos al jardín. Es un lugar precioso que cuida cada detalle. El único problema es el precio, lo veo algo elevado, pero no te arrepientes porque disfrutas la experiencia. Repetiremos.
Tener la oportunidad de disfrutar de este enclave en Ávila es un verdadero privilegio. Privilegio que no está reñido con el precio, la relación es muy buena. Fin de semana largo, de Viernes a lunes,, con una ciudad por descubrir y con un retiro en una casa emblemática, con una decoración exquisita y un personal completamente volcado en atender de la mejor manera posible. Es un sueño que tendremos que repetir.
El personal encantador, la ubicación perfecta y la habitación al detalle. La zona de la piscina es una maravilla. El parking un poco complicado si llevas un coche grande pero en pleno casco histórico no se puede hacer mucho más.
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