Un lugar escondido en la región del maule. Es un hotel que tiene sólo 5 habitaciones por ende hace que el servicio sea mucho más personalizado, tiene un personal muy amable que se dedica 100% a los huéspedes, a complacerlos y hacer de la estadía un lugar agradable... La persona encargada María Jesús es un amor de persona junto a todo el personal. La comida es gourmet muy bien preparada y sus vinos excelentes. El precio vale totalmente. Lo único que mejoraría es destacar bien los servicios que incluye, ya que sentimos que no disfrutamos 100% todo. (no sabíamos claramente cuantas veces al día podíamos pedir el snack, si los vinos estaban o no incluido en la cena) Lo recomiendo totalmente para alguien que quiera desconectarse, estar en un lugar tranquilo para descansar y ser atendido sin tener horarios tan establecidos de las comidas, ya que se acomodan totalmente al cliente. …
El hotel es una antigua casa de campo remodelada, son cinco habitaciones, la decoración y espacios comunes son muy cómodos y cálidos. El hotel es muy lindo! La atención excelente y la comida y vinos muy ricos! Hay actividades en torno a las viñas, puedes caminar, cabalgar, andar en bicileta por el campo. También puedes pasar la tarde en los corredores del hotel, la tina caliente y la piscina. Es un lugar tranquilo para desconectarse.
Maravilloso tour. Exquisitos vinos, perfecto almuerzo en base a ciervo y quinoa, increíble visita. Francesco es un muy buen guía, cercano y claro en sus explicaciones. Exquisito Cabernet Sauvignon y el mejor país que he probado. Para qué decir del Sauvignon Blanc y su Carmenere. Exquisita estadía, muy relajado, anduvimos en Bici, hicimos trekking. Todo a nuestro ritmo sin ninguna presión. Recomiendo el hot tub después de comer. Sin duda volveremos!!!
Silencio, quietud. Desconectarse. Descubrir que el vino es más que una bebida y una botella. Reencantarse con la tierra y su gran conocimiento y trabajo invisible. Tener el gusto de conocer a los dueños y escuchar sus excelentes proyectos para esta mi zona del Maule.
Fue el lugar preciso para reencantar me con mi pareja. Fue todo un lujo. Desde la libertad que nos daban para estar solos hasta el permanente servicio que jamás fue invasivo. Teníamos todas las comodidades a nuestro alcance, posibilidades para hacer deporte y paseos guiados en bicicleta y caballos. No hubo un minuto de aburrimiento. Pero también tuvimos nuestro merecido descanso. Las camas son espectaculares, como de casona antigua chilena. Las habitaciones espaciosas y los baños adorables. Por último y no menos importante que todo lo anterior, el hot tub. Merece su línea por separado, ya que es el más grande del mundo. Se puede nadar adentro de el y cabría una familia extendida completa! Un lugar al que volveré con mi familia y mis amigos!
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