Elegimos un fin de semana de marzo para celebrar en CASADOCA los 60 años de una gran amiga. Éramos 5 parejas que disfrutamos intensamente nuestra estadía desde el minuto que llegamos hasta nuestra partida. El hotel en todas sus facetas es un gran acierto: la decoración es de muy buen gusto, los ambientes todos súper acogedores y las habitaciones son amplias, confortables y bien equipadas… y algunas con el gran plus de tener una extraordinaria vista al mar. Mención aparte merece su chef y su refinada carta. Los 10 integrantes del grupo comimos opíparamente la noche del viernes en el hotel y el sábado nos ofrecieron un tan exquisito y abundante cocktail como cortesía de la casa, que fue necesario anular la reserva que teníamos para comer en un restorán esa noche. En resumen: una experiencia altamente satisfactoria, inolvidable y para repetirla.…
Muy agradable lugar, atención esplendida, destacable la chef con una comida sofisticada y deliciosa. Una terraza con muy buena vista sobre la bahía de Concon y una atención muy especial de aperitivos de regalo de cumpleaños . Definitivamente para volver.
Nos quedamos con mi marido para celebrar nuestro aniversario. Una noche. Reservamos on line y nos comentaron que tenían servicio de masajes. Insistí varias veces antes de viajar por los servicios pero nunca me respondieron, Sólo que costaban $35.000. Nada más. Preferí no insistir. Al llegar, el lugar es muy lindo. Tiene estacionamiento adentro. Nos atendieron muy bien, nos hicieron firmar todos los papeles de protocolo covid y nos llevaron a la habitación. Si bien se veía limpia, igual le faltaba la pulcritud que los hoteles de estos precios tienen. Teníamos un jacuzzi en la pieza, sin embargo no había sales minerales de cortesía para ser usado. Las velas que estaban, estaban gastadas, no se podían usar y llenas de polvo. Cuando fui a decir qué queríamos de cenar, no había nadie en la recepción, estuve harto tiempo dando vuelta por la casa, escuchaba conversaciones pero no sabía de dónde venían las voces. Mientras esperaba, pasó una cucaracha caminando por el borde de la pared. Me devuelvo a mi pieza y decidimos ir con mi marido a pasear, pero no había nadie que nos abriera la puerta, así que tuvimos que esperar de nuevo. Al salir, aprovechamos de reservar el jacuzzi para las 11 de la mañana del siguiente día. Tanto la cena como el desayuno estuvo puntualmente servido a la hora que lo pedimos. La variedad de la carta es acotada, pero lo que nos sirviron estaba muy rico. Para el desayuno, el café estaba muy bueno y el jugo era natural de naranja. Muy rico. Pedimos huevo a la copa y nos llegaron huevos duros. Pero ya no queriamos problemas, quería difrutar del lugar porque la vista es hormosa y muy tranquila. El mar se escucha en todo momento. Al momento de ir al jacuzzi, nos eperaban con un jarro de agua aromatizado con frutas frescas. muy rico. Sin embargo, si bien el jacuzzi lo habían encendido a las 7am, el agua no estaba caliente, estaba de tibio para frío. EL Sauna estaba funcionando a la perfección, se lo veía muy limpio. Quizás en su mejor momento, fue un excelente hotel. Yo por el valor esperaba mayor prolijidad y pulcritud. Al piso del comedor se le veían las marcas de los pasos, se notaba que en la mañana, al servir el desayuno, no se había trapeado. La relación Precio-calidad no fue lo mejor. La atención, eso sí de todas las personas fue muy atenta y cortés, pero a veces se iban hacia adentro de las instalaciones y se ponían a conversar y uno esperando que terminaran para hacer alguna consulta o para que te abrieran la reja para entrar con el auto. Eso me pasó el día que llegamos. No sé si volvería de nuevo. Si sigue así, no lo recomendaría.…
El hotel en su estructura es sobrio, limpio y cuidado, pero falta real criterio de atención y empatía con los pasajeros que son los detalles que te hacen sentir bien acogido en una estadía. La pieza 04 era casi ciega, la ventana daba a una escalera y luego una especie de media pandereta. Muy oscura y triste. Interiormente era aceptable pero jamás para que cueste 150 usd diarios. Realmente la habitación no calificaba para el mínimo standar de calidez de un hotel boutique. Pero lo más negativo es que estando vacío sin pasajeros al menos dos días, no nos quisieron cambiar la pieza ni aunque pagáramos más por dos de las tres noches. No entendimos la razón. Luego el último día después del check out quisimos dejar el auto en el estacionamiento con nuestras maletas hasta las 4 pm para salir a pasear un rato. Los estacionamientos estaban casi vacios. Pero nuevamente la respuesta fue negativa - primera vez que vemos esto en un hotel- y sólo lo podíamos dejar un par de horas más y no nos dieron ninguna alternativa amable como que nuestras cosas quedaran en custodia y dejáramos el auto cerca. Nada, ni siquiera una sonrisa. El wifi funcionaba muy mediocre traté de hacer un Zoom y fue imposible. Cosas buenas: uno de los recepcionistas si fue amable y nos ofreció té y café dos noches. El servicio de masajista y SPA muy bueno también. Creo que con un poquito de criterio y amabilidad nos hubiéramos ido contentos pero no ocurrió. Realmente no quisiéramos volver.…
Fuimos a celebrar el cumpleaños de mi marido. Todo fue excelente, lo acogedor de los espacios, la habitación con terraza al mar, la atención del personal, el desayuno exquisito, seguro volvemos. Gracias Casadoca!!
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil