Nos alojamos aquí a un costo de € 149 para ser y ser. Un poco caro, pero la bienvenida fue buena con una bebida a la llegada y una gran selección de artículos en el desayuno. Nuestras habitaciones tenían vistas al aparcamiento en la parte delantera del hotel, pero también teníamos excelentes vistas de la pista de esquí en la parte trasera de la ciudad. Sólo tomó 5 minutos para caminar a la ciudad. El aparcamiento tenía unos 50 coches, pero algunos de los huéspedes ocupaban 2 de los pequeños espacios que tuvimos la suerte de estacionar cuando llegamos alrededor de los 2. 00 pm. Las habitaciones estaban limpias y cómodas y tenían una nevera.
Ubicación: casi no se puede estar más cerca de las pistas. El hotel está literalmente en el fondo de la Cuesta Deborah plebisciti y justo al lado del ascensor. 1 Cabinova También es un buen lugar para après-ski divertido con los niños (puedes usar tu trineos en la parte inferior de la pendiente). Habitaciones: de buen tamaño, cómodas camas, limpian regularmente. Sin embargo, no es un montón de espacio para pack de ropa. Las duchas también son un poco difíciles para niños pequeños ya que los cabezales de ducha son fijos en lo alto de la pared. Las zonas comunes exposición fascinante viejo equipo de esquí y herramientas agrícolas, haciendo del hotel un poco de un museo local. Las habitaciones 1 y 2 tienen bonitas vistas de la montaña, incluso vimos ciervos y zorros en las horas de la mañana. Comida: Cena en media pensión es abundante y de buena calidad, con un cuadro de antipasti con especialidades locales. El desayuno es sin duda el mayor inconveniente de este lugar, y una enorme y de contraste a la cena inexplicable: poca variedad (mismo tipo de queso y jamón para toda una semana, sin frutas o vegetales- mientras que estos están disponibles para la cena), de muy baja calidad de fruta fina (? Zumos, no) y platos calientes, el mayor impacto de todas en Italia - muy bajo la calidad del café. Todos estos se podía remediar fácilmente y a bajo costo. Afortunadamente, bar independiente del hotel (con su maravilloso y amable rumano y los barmanes) sirve un buen café y otras bebidas, incluyendo bombardino y grappa local (ir para la reserva especial).…
Un grupo de alrededor de 20 niños hospedados en el hotel y cuando llegaron en el comedor donde estábamos cenando el nivel de decibelios escaló y los camareros completamente olvidado acerca de nosotros. Terminamos saliendo del comedor sin terminar la cena. Muy bien situado cerca de las pistas pero no es el lugar más indicado para parejas.
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