Los amantes del submarinismo se trasladaron a Curaçao hace ya mucho tiempo. Tanto si te apetece bucear una barrera o bucear a poca profundidad, aquí podrás hacerlo. Las playas son otro gran atractivo del lugar. La finísima arena y las tranquilas aguas son ideales para los niños. Y no te puedes perder Willemstad, la capital de Curaçao. Sus bonitos edificios de color pastel y su historia, igual de colorida, han sido reconocidos como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

La encantadora Savannah es la imagen de la hospitalidad de preguerra, gracias a la arquitectura de la época y las calles rodeadas de robles. Es tentador pasar tu viaje simplemente relajándote en amplias terrazas y bebiendo cócteles de menta, pero hay un montón de sitios históricos y museos para explorar. El inquietante (y posiblemente embrujado) Cementerio Bonaventure es una de las características de la ciudad, con hermosos obeliscos, montones de flores, y criptas cubiertas de hiedra. Cena mariscos frescos y una cremosa sémola si quieres paladear verdaderamente la cocina casera de Savannah.

Los resorts siguen surgiendo, pero el toque de pequeña aldea de "Zihua" permanece intacto. El enladrillado “paseo de los pescadores”, un homenaje a las raíces de la región, se extiende por todo el centro del pueblo. El marisco y el pescado fresco destacan en la escena gastronómica local, mientras que la pesca deportiva se practica con facilidad y la vida nocturna es, en su mayor parte, informal. Da un paseo en barca por la tranquila bahía de Zihuatanejo para empaparte de los rayos solares en la arena de la playa de Las Gatas o da un paseo por la hermosa playa de La Ropa.

La anterior capital de Brasil es conocida por su cocina, música y arquitectura de influencia africana. Salvador, conocida como la “capital de la alegría” por las exuberantes celebraciones del Carnaval de una semana de duración, rebosa de música y arquitectura-arte contemporáneos sin modificaciones desde el siglo XVII.

Santiago forma parte de esos placeres metropolitanos donde cuanto más ves, más encuentras. Los cafés funky y los clubes nocturnos salpican Bellavista, colecciones de arte del parque forestal van desde la era precolombina a la contemporánea, y la arquitectura cubre el espectro desde la iglesia San Francisco del siglo XVI hasta las torres de oficinas con vidrios espejados. Compra con los lugareños en el Mall Panorámico y prueba inolvidables sabores con la suculenta comida chilena.

Los manglares se fusionan con las playas arenosas en la tranquila y floreciente localidad de Maragogi, cuyos habitantes y visitantes acuden frente al mar para disfrutar de la puesta de sol, tomar algo y socializar. Los tesoros más codiciados se encuentran frente a la costa, donde la reserva marina de Gales de Maragogi alberga estanques de aguas cristalinas, arrecifes de coral y peces coloridos.