Las islas Canarias, próximas al norte de África y siempre bañadas por el sol, dejan siempre un gusto exótico muy característico. Cientos de volcanes, onduladas dunas, bosques frondosos y escarpados acantilados salpican estas siete perlas del Atlántico. Tome un transbordador para llegar a Lanzarote. Monte en camello en el Parque Nacional de Timanfaya. En Tenerife, suba al Teide, el pico más alto de España. Solácese en las playas de Gran Canaria o practique el senderismo en el Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera. Encontrará más aventuras en la pequeña isla de Hierro, en la verde La Palma y en la pacífica Fuerteventura.

Este destino turístico, situado en la zona sur de Gran Canaria, tiene un sabor relajado y exclusivo. Encontrarás aguas cristalinas, perfectas para practicar snorkeling, una red de canales (que merecieron al pueblo el sobrenombre “Pequeña Venecia”), y diversos bares y restaurantes a lo largo de la bonita playa.

Este gran núcleo turístico (el mayor de Gran Canaria) se urbanizó en los años sesenta específicamente como una zona turística. Y lo han encontrado todo tipo de turistas. Viajeros de la comunidad gay y lesbiana, familias con hijos, naturistas, recién casados, grupos de jóvenes solteros… En esta playa hay lugar para todo el mundo (y hay un hotel o apartamento para cada presupuesto).

Con un casco antiguo bien preservado, arquitectura moderna y un carnaval designado por la UNESCO, la capital de Tenerife compite fácilmente con sus hermanas tierra adentro como destino cultural español. La ciudad portuaria es un importante foco de atención de las Islas Canarias, con playas templadas, reservas naturales y vida nocturna cosmopolita.

Cuando la mayoría de las personas piensan en Zermatt, se les ocurre una sola cosa: el Matterhorn. Este fantástico ícono suizo se alza sobre Zermatt y atrajo visitantes por primera vez en la década de 1860. En el encantador pueblo de Zermatt no encontrará automóviles, pero sí sus tradicionales cabañas marrones y callejones sinuosos. (No te preocupes, no tienes que ir a pie a todos lados: hay vehículos eléctricos y carruajes de caballos). La temporada de esquí en la región suele durar hasta el principio del verano, pero cuando el clima es más cálido, las condiciones son geniales para hacer excursiones.

Conocida sobre todo como el lugar de nacimiento de San Francisco, el patrón de Italia, Asís se encuentra a unos 130 km al norte de Roma y entre las colinas de Umbría. Los lugares que no te puedes perder de esta ciudad medieval incluyen la basílica de San Francesco, un ostentoso templo sagrado construido en 1230. Este contiene los 28 frescos de Giotto sobre la vida de San Francisco, la catedral románica de Asís y la iglesia barroca de Santa María de los Ángeles. Si te parece poco, puedes encaminarte a las laderas de Eremo della Carceri, un monasterio del siglo XIII.

Con sus góndolas, canales, increíbles restaurantes y su inolvidable atmósfera romántica, Venecia es, sin dudas, una de las ciudades a incluir en tu lista de deseos. Los edificios, palacios e iglesias a orillas del río hacen que navegar por el Gran Canal se sienta como si estuvieras navegando por una obra de arte. Para experimentar Venecia realmente tienes que ir a la ópera o a una función de música clásica, probar las pastas frescas y la repostería, y entretenerte en las salas de exposición de una galería de arte. A los amantes de las marcas se les va a hacer agua la boca en las tiendas de alto nivel de la Piazza San Marco.

Múnich transmite un encanto bávaro. Los fanáticos de la cerveza deben visitar Hofbräuhaus sin perder un segundo, un salto al cielo que produce esta excelente bebida desde 1589. La bebida es definitivamente legendaria durante Oktoberfest, una celebración de cervezas locales y comidas especiales alemanas. Imita a los atletas mundiales en el Olympiapark, donde te vas a sentir un campeón patinando en la pista de hielo olímpica. El paseo por la Marienplatz es perfecto para las personas que miran con asombro el Glockenspiel del Ayuntamiento.

La colorida ciudad noruega de Bergen también es un pasaje a los majestuosos fiordos. El muelle Bryggen Hanseatic Wharf te hará sentir la cultura local: tómate tu tiempo para sacar fotos de los edificios comerciales hanseáticos, que parecen un escenario de un set de filmación. No respires demasiado profundo cuando visites el mercado de pescado al aire libre, un recordatorio de la función que tenía la ciudad en los primeros tiempos del comercio de pescado. Recorre los fiordos en un ferry hasta Lysøen, donde la villa del compositor del siglo XIX, Ole Bull, te cautivará con su encanto de cuento de hadas.