La historia con muchos niveles de Amman se ve reflejada en sus habitantes diversos y en su arquitectura variada. La ciudad cuenta con una población multiconfesional y multicultural. Incluso en medio del centro comercial ultramoderno, hay evidencia de sus raíces antiguas, con coloridos zocos, ruinas romanas, museos culturales y monumentos que dan pistas de la historia de la región.

Sigue las huellas de barro con gran contenido de minerales que dejaron Herodes, Salomón y Cleopatra y que te conducen al legendario Mar Muerto y a los complejos construidos en torno a los manantiales termales de sus alrededores. Este famoso y saludable destino, que se encuentra en el punto más bajo y árido de la superficie del mundo, es conocido porque mejora problemas reumáticos y dermatológicos.

Religiosos peregrinos han viajado a Jerusalén durante siglos, pero no tienes que tener ese fervor para apreciar el profundo significado cultural e histórico de la ciudad. Visita los lugares turísticos más importantes, pero también deja tiempo para caminar las calles y zambúllete en la vida diaria de este lugar tan antiguo y venerado.

Joven y moderna, con una población diversa, la ciudad de Tel Aviv se remonta tan solo al año 1909. Clubes, bares, una próspera comunidad artística, ambiente gay y playas atraen a artistas, músicos y jóvenes profesionales a las zonas más seculares de la ciudad. Su arquitectura Bauhaus, declarada por la UNESCO patrimonio mundial, le ha valido el calificativo de la “Ciudad Blanca". Camina, conduce o toma un taxi para desplazarte entre los distintos pabellones con exposiciones de carácter cultural del Museo Haaretz, el histórico salón de la Independencia, el bullicioso Carmel o el paseo marítimo de la Vieja Yafo.

La segunda ciudad más grande de Suecia celebra las maravillas del mar y de la tierra. Aprende en el Museo de Cultura Mundial, sumérgete en el mercado de pescado Feskekôrka para probar algunos productos resbaladizos o endulza tus oídos yendo una noche a la Ópera de Gotemburgo. Los fanáticos del heavy metal, que prefieren algo más “pesado”, tienen suerte: todos los veranos, en Gotemburgo se lleva a cabo el Metaltown Festival, dos días para sacudir la cabeza hasta más no poder.

El pueblo pesquero de Tavira combina dos cosas básicas del Mediterráneo: la arquitectura árabe y una playa dorada. Aquí, un laberinto de calles adoquinadas atraviesa casas embaldosadas con el estilo portugués tradicional, y el ritmo de vida fluye con la misma tranquilidad que el río Gilão.

Edimburgo es la capital de Escocia y es famosa por su tradición, su cultura y sus festivales. Da un largo paseo por el centro para descubrir los Patrimonios de la humanidad de la Ciudad vieja y la Ciudad nueva, así como los museos y las galerías de la zona. Luego detente un rato para disfrutar de una comida deliciosa preparada con productos escoceses frescos, antes de dirigirte a alguno de los tantos eventos que tienen lugar en Edimburgo, como los famosos festivales de cultura en verano o los festivales de música, luces y céilidh durante el invierno.

La acogedora y tolerante Gran Canaria siempre tiene algo que ofrecer a cualquiera que se precie visitarla. Numerosas familias acuden a los parques acuáticos y playas de Puerto Rico. Los que buscan la paz la encuentran en los tranquilos pueblos de pescadores de Mogán. Los viajeros gays llenan los bares, restaurantes y playas de Playa del Inglés. Las Palmas cuenta con una gran oferta de atracciones más urbanas. Hay tres autopistas que ponen al alcance la isla para los que alquilen un auto u opten por utilizar el autobús. Los principales lugares para visitar son la iglesia de San Juan Bautista de Arucas y el parque zoológico Palmitos.

La relajada Ella atrae a los viajeros a las tierras altas de Sri Lanka con sus bosques de montaña, sus plantaciones de té y su clima relativamente fresco. Esta región, rica en vida salvaje, también ofrece cuevas, cascadas y templos escondidos, además del Ella Gap, que ofrece vistas elevadas en una grieta entre dos colinas.