Los viñedos, los vinos y los apasionados de los buenos caldos son fundamentales para la economía del Valle de Napa. Pero el valle reserva otras delicias para los amantes del paladar, como sus aceites de oliva, tomates, quesos y mostaza. También se cultiva el resto de los sentidos, con un activo panorama de artes visuales. Alquile un coche o reserve un taxi o una limusina para llegar sin problema alguno a los lugares de su interés. El Napa Valley Wine Train es una manera diferente de apreciar al mismo tiempo las vistas y las cosechas de la tierra. Una relajante oferta de balnearios y baños de lodo, así como el géiser Old Faithful, son lugares destacados de Calistoga.

Te proponemos un día en Calistoga: Yoga, masaje, comida en un spa, limpieza facial, baños de lodo curativo, senderismo, cata de vinos. Cena en un restaurante de autor (con más vino). Sumérgete en una piscina de aguas minerales. ¿Puede haber algo más relajante que una ciudad de balnearios construidos alrededor de manantiales de agua naturales en el medio de una región de viñedos? Creemos que no.

El corazón neurálgico de la contracultura de los 60 se ha convertido en un destino cultural y culinario de primer orden. A pesar de todo, Berkeley, esta mítica ciudad universitaria del norte de California, aún conserva un cierto espíritu bohemio. Modere la velocidad y dedíquese a contemplar a la gente en la singular avenida Telegraph y a echarle una ojeada a las librerías y cafés de la zona. Después de pasear por el campus de la Universidad de California-Berkeley, el Rose Garden y el barrio de los artistas, suba al Tilden Park y disfrute allí de actividades al aire libre o baje hasta la orilla del agua, desde donde se disfruta de una magnífica vista de la bahía de San Francisco.

Cada barrio de San Francisco tiene su propia personalidad, desde lo hippie chic de Upper Haight hasta lo joven y de onda de The Mission. El distrito de la Marina cuenta con bistrós de moda y vistas perfectas del puente Golden Gate, mientras Noe Valley ofrece tranquilas y pintorescas boutiques. Saluda a los lobos marinos en el Muelle 39, y prueba la charcutería y los quesos locales en el Ferry Building. Acomódate para una sesión de yoga en el Parque Dolores o admira el Molino de viento holandés frente a Ocean Beach.