A solo un viaje en lancha motora desde Singapur, las playas y los bares de Batam tientan a los visitantes con platos de cangrejo picante, langosta a la parrilla y pescado fresco. Mientras los viajeros juegan al golf, hacen esnórquel y van de spa en spa, la tradicional cultura de la isla prospera gracias a los pueblos pesqueros construidos sobre soportes de madera.

El paisaje urbano de Singapur parece que fue arrancado de las páginas de una historieta de ciencia ficción. Si estás ávido de una verdadera experiencia de Singapur, prueba las miles de comidas de venta callejera o toma una clase de cocina cultural. El Jardín Botánico y el Gardens By the Bay ofrecen un pedacito de paraíso hortícola, y la plataforma de observación del Sands SkyPark te hace sentir como si estuvieras por encima de las nubes. Las orillas y los senderos a lo largo del río Singapur se agitan con la actividad local.

Johor Bahru es la segunda ciudad más grande de Malasia y, con la apertura de dos grandes parques de diversiones en 2012, está preparada para convertirse en uno de los principales destinos turísticos. Los viajeros de TripAdvisor también recomiendan visitar el Templo de Cristal Arulmigu Sri Rajakaliamman, un único templo hindú decorado con brillantes mosaicos de cristal.

Bali es una postal viviente, un paraíso de Indonesia que parece ser de fantasía. Disfruta del sol en una extensión de fina arena blanca o entra en contacto con las criaturas tropicales al bucear por los arrecifes de coral o los coloridos restos de un barco de la Segunda Guerra Mundial. En la costa, la extravagante selva alberga templos de piedra y traviesos monos. La “capital artística” de Ubud es el lugar perfecto para ver una danza cultural, participar en un taller de batik o de orfebrería, o revitalizar tu mente y tu cuerpo en una clase de yoga.

Este antiguo baluarte colonial británico presenta evidencia de más de dos milenios de hábitat, con suntuosos edificios con arquitectura diversa, desde fragmentos de ruinas hasta tesoros victorianos. Hogar de animados festivales y una vibrante comunidad artística, clamorosos mercados y templos colmados, esta ciudad, si bien está llena de gente y de contaminación, es, en última instancia, revitalizante.

Los reyes de la dinastía Wodeyar le dieron prestigio a la capital cultural sureña de Mysore. Los palacios pomposos y la iglesia gótica de Santa Filomena con sus chapiteles de más de 175 pies son un gran espectáculo visual; las instituciones locales mantienen la música y la danza clásicas carnáticas en la atención del público. Un imponente templo del siglo XI se posa en lo alto de 1,000 escalones en las afueras de la ciudad. Vístete de punta en blanco y festeja como una estrella de rock celebrando el patrimonio de Mysore durante el animado festival de Dussehra, que dura 10 días en octubre/noviembre.