Sabía que sería caro para un desayuno, pero pensé que merecería la pena, sin embargo me equivoqué.
El café, mucha tontería de echarte la espuma, pero cuando baja, la taza se queda a la mitad, y encima frío completamente. El pan, duro como una piedra....No pienso volver ni recomendarlo, y visto esto, tampoco intentaré comer.
Por un café normal y un panecillo pequeño, 8,50 euros. No hay por donde cogerlo, miles de sitios normales RR ponen un desayuno increíble con jamón ibérico por mucho menos.
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