Cuando llegamos entré a preguntar a la camarera si podía sentarme en alguna mesa de las que tenía vacías fuera, ya que no sabía si podían estar reservadas. Con muy mal tono me dijo "qué no has visto que hay mesas vacías fuera? Pues siéntate"...Teníamos pensado comer allí, pero visto lo visto pedimos dos copas de vino y algo para picar. La ubicación es excelenteMás