Decidimos salir tras la pandemia,cuando empezamos la face 4,con un poco de miedo la verdad,pero fue una gran experiencia,la carta más reducida pero con el mismo sabor,nos recomendaron la paella Don Javier, execelente la mejor combinación entre mariscos y carne,en mi copa la mejor sangría...de la cual destacó su sabor,mi mamá una caña de cerveza empañada y muy fria, finalizamos cantando cumpleaños con un postre llamado merengue vasco con unos gorros acompañados por todos hasta los de la mesa del lado,un lugar muy familiar y acogedor,no solo se destaca por la comida,sino por el calor humano que entrega.recomendableMás