La peor relación precio calidad de la Región de Coquimbo, sus precios sobre la media no se condicen en lo absoluto ni con la mediocre calidad de sus platos ni su deficiente servicio al comensal.
La infraestructura es imponente y muy adhoc al snobismo de...los sibaritas inflados. De igual manera el recibimiento es sonriente y glamoroso, pero durante el servicio, cuando todo importa, cada uno de ellos brilla por su ausencia todos perdidos en los confines del recinto y de sus celulares cuales niños preescolares, lo que obliga a tener la mano estirada al menos dos minutos cada vez que necesitas su atención para que se dignen a acercarse a la mesa a atender tus solicitudes, por lo que más te vale pedir todo de una sola vez.
La mesa relucía impecable y permaneció así hasta la llegada de los platos, porque no hubo ningún entremés, pan, garnish or whatever para distraer el apetito mientras se espera, salvó unas insípidas galletas envasadas; mal ahí.
Pedimos de entrada calugones de pescado frito, pero lo que esperábamos crugiente y sabroso llegó misteriosamente caliente por dentro y lacio y frío por fuera, recordándome que a veces el mejor amigo de malos restaurantes es el microondas. Los platos por fin llegan y el mío llega picado en cada extremo de sus puntas (ni en el mercado), y sobre él un oneroso Asado de Tira reposando en una salsa fría y excesivamente condimentada, lo que en ningún caso le rinde honor ni a su nombre ni a su precio. Los ñoquis de mi esposa apenas destacaban debajo de una salsa bolognesa avasallante que no permitía disfrutar ni lo uno ni lo otro. El risotto de mi hija estuvo deliciosamente superior, con uno que otro grano un tanto crudo pero destacable, por lo que si llego a volver sería solo será por el placer de comer ese plato. El punto de quienes pidieron carnes a las brasas estuvo perfecto; bien ahí.
Finalmente al momento de pagar, justo cuando uno le dice a la garzona que no habrá propina esta vez por la mala experiencia, uno espera de vuelta al menos la pregunta ¿Algún reparo con el servicio o los platos Señor... algo que podamos mejorar de nuestra parte para una próxima oportunidad?, pero en cambio la garzona borro burda e inmediatamente su eterna sonrisa, guardó silencio obviando incluso responder a mi agradecimiento y mucho menos aún nos brindó un saludo de despedida, desapareciendo de forma fantasmal de nuestra vista... nuevamente ni en el mercado.Más