Cuenta con una ubicación inmejorable. muy cerca del mercado de artesanía, costanera y farmacias y a sólo 3 minutos del aeropuerto en auto. Además hay un bar de noche, donde puedes tomarte un trago y comer algo si es que no deseas salir.
El desayuno es más bien sencillo, poquita variedad de frutas y panes, pero cumple igual el objetivo.
Las habitaciones rusticas y muy adhoc con el entorno polinésico. Verde por todos lados. Limpieza excelente. Lo negativo, no teníamos internet en la habitación y la tv tampoco se veía, pero nos dijeron que era debido al ciclón que había pasado hace unos días…no sé, es algo incomprobable afirmarlo.
Atención excelente, sobre todo, Micaela y su novio fueron anfitriones impecables, super gentiles en su trato.
El hotel cuenta con traslado free desde y hacia el aeropuerto, pero como no nos lo dijeron no lo utilizamos.
Hotel recomendable. se ajusta 100% relación precio calidad.