Decidimos cenar en este sitio ya que era de los pocos de la zona que tenían mesa disponible.
Al llegar tienen un expositor de pescado “fresco” cuya pinta nos sacó las ganas de pedir ningún plato que incluyese pescado.
Optamos por pulpo de primero, y churrasco de segundo.
Calidad bastante baja, aunque muy buena cantidad.
La atención, dependía mucho de la persona que nos atendiese: había camareros más sosos, alguno más amable y cercano.
Bastante difícil aparcar en la zona.

Pedimos de entrante navajas, pulpo a feira, almejas y pimientos del padrón. Los entrantes estaban todos buenos.
De segundos pedimos rape a la plancha para 2, poca cantidad y nos cobraron una ración de patatas adicional que nos dijeron que nos cambiaban para las niñas...
También pedimos arroz con bogavante. El arroz fue muy caro, 60€ las dos raciones y no tenía nada de sabor. Insípido. No merece la pena el precio.
Pagamos 160€, pero el arroz fue una gran decepción.

Comimos distintos platos. Unos carne y otros pescado. Cabe destacar la materia prima del pescado. Un bacalao espectacular. El rape lo mismo. Platos superabundantes. Precio muy razonable. Muy bien.