Un lugar hermoso dentro del parque nacional Los Quetzales, pero en realidad la entrada queda un poco más abajo. El camino para llegar hasta el restaurante es de tierra. Es aconsejable llegar en auto doble tracción. El restaurante es familiar acogedor, rústico y la comida es exquisita, pero se paga mucho por tan poquito. Detrás del restaurante cuenta con un mirador y su mayor atracción el jardín de colibríes. Por diferentes senderos podrás adentrarte en la montaña para avistar animales en su hábitat natural, como dantas, pequeños mamíferos, aves y con suerte un Quetzal. Cataratas y árboles legendarios en peligro de extinción. La atención es excelente así como excelentes guías turísticos.
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