La relación calidad-precio es muy buena. El lugar es muy tranquilo y las vistas son maravillosas, a la caldera de Bandama o el campo de golf y a 10-15 minutos de la capital. El camino para llegar es de tierra, y si llegas por la noche(como fue mi caso) no está muy bien señalizado. El hotel en general necesita una reforma, pues se vé viejo y la moqueta del pasillo del primer piso da sensación de suciedad. El desayuno es tipo buffet, pero no esperéis esos buffet gigantes de los hoteles de 4 y 5 estrellas. Se desayuna, sin más. Pregunté para comer y no disponen de cocina, recomendandome algunos restaurantes de los alrededores. Lo mejor fue el trato que me dispensó el personal de recepción, muy amables y atentas en el trato.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante