Si alguno de vosotros está pensando en celebrar vuestra boda, o algún evento que os importe mucho en este hotel, NI SE OS OCURRA!!! A día de hoy, después de más de cinco meses, aún estamos pagando las secuelas que nos ha dejado la decepción más grande que hayamos podido tener jamás. Todo fue un desastre. La boda se celebró el 2 de octubre de 2021 y aunque todavía estábamos sufriendo las consecuencias de la pandemia, por esas fechas, estábamos en fase 1, en la que no era obligatorio llevar mascarillas en exteriores. A pesar de ello, a la llegada a los jardines del hotel por parte de nuestros invitados, en donde quisimos dar un cocktail de bienvenida, no solamente no sirvieron ni una triste cerveza, sino que obligaron a todas las personas a ponerse las mascarillas al aire libre. Todo ello de muy malas maneras, como si estuviéramos en un cuartel militar. La cena estaba prevista para las 22:00 y no empezó hasta las 22:50, por causas que jamás entendimos. Hasta ese momento, los invitados aún no habían podido tomar ni un triste vaso de agua. Empieza la cena con muchísimo retraso y los novios quisimos proyectar al inicio, un vídeo familiar, DURANTE EL CUAL TAMPOCO SIRVIERON NINGÚN TIPO DE BEBIDA, ALUDIENDO A RAZONES DE PROTOCOLO. Nunca entendimos la incompatibilidad de la proyección de un vídeo con el servicio de bebidas simultáneo. Una vez empezada la cena pedir algo para beber se volvió tarea imposible. Las cervezas las servían en los vasos (que venían abiertas) retornándolas medio llenas a la cocina. Igual sucedió con el vino. Del resto del alcohol nunca se supo la marca puesto que los combinados venían servidos desde la cocina. Las faltas de respeto por parte de algunos camareros, así como de la jefa de sala (Loli) fueron innumerables. A los novios ni siquiera se nos dejaba acercarnos a otras mesas con el objeto de saludar a los invitados. Los tiempos de la cena fueron inasumibles ya que tardaron más de media hora entre plato y plato. El objetivo no fue otro que, dado que la fiesta tenía que terminar a las 3:00 de la mañana, había que impedir el baile a toda costa, no permitiéndonos ni siquiera bailar alrededor de las mesas, como sí se permitió en esas mismas fechas en muchísimos otros locales. Ni qué decir tiene que habíamos contratado una barra libre que jamás se sirvió, después de habernos gastado un dineral en la contratación de un disck-jockey (Toni Besa) el cuál SOLO PUDO PINCHAR CUATRO CANCIONES. Tuvimos que conformarnos la última media hora de la fiesta (puesto que el resto estuvimos sentados en las mesas) con estar fuera en el jardín charlando a palo seco y sin música. Por todo ello al día siguiente presentamos una reclamación al hotel pidiendo que se nos resarciera económicamente por los daños y perjuicios causados. Lo único que obtuvimos después de una nefasta atención por parte del director, Manuel Sánchez, fue que nos compensara con una ridícula cantidad que nos pareció completamente insuficiente. Tuvimos que aceptarla porque la otra opción era irnos con las manos vacías. Tiempo más tarde recurrimos al gerente de la empresa (Hecansa), José Juan Cárdenes, dado que entendimos su superioridad y por tanto una mayor amplitud en la gestión, que pudiera resolver nuestra demanda de una manera más justa, pero, si bien al principio dio muestras de querer responder a nuestra reclamación, lo único que obtuvimos por su parte fue un mail dirigido al director y que por error recibimos, en el que dejaba constancia de que su único propósito era cubrirse las espaldas ante una posible demanda judicial.
Así mismo queremos dejar constancia de que nuestro relato ha estado suscrito por absolutamente todos los invitados así como por la Jefa de Eventos del hotel, no existiendo por tanto duda alguna que pueda dar lugar a una interpretación subjetiva de los hechos.
En definitiva toda esta actuación nos ha parecido de una injusticia total así como de una falta de profesionalidad con la que no contábamos. Es por ello que dado que todo esto podría volver a repetirse, nos gustaría advertir a cualquier pareja que ponga su ilusión en manos de tremendos inoperantes. No nos gustaría que nadie más pudiera vivir este mal trago del que todavía no nos hemos podido recuperar.