Este hotel está en un lugar mágico, la tranquilidad que se siente te envuelve el Alma, caminar por sus pasillos es volver a 100 años atrás, el paseo por el bosque. La decoración de las habitaciones es delicada y con mucho gusto sin perder la esencia de la hacienda original.
Es mi cuarta vez y siempre me voy encantada por la atención de Liliana y sus colaboradores.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis