El hotel brinda un servicio por debajo de lo que uno esperaría en relación al costo. El lobby prácticamente no existe como tal, son solo varios sillones contra la pared y en general se encuentra lleno de gente esperando para hacer checkin o para retirarse. Las valijas se acumulan en el lobby, a ambos lados, debajo de redes. Es obvio que no tienen lugar para almacenarlas. Esto hace que el aspecto deje mucho que desear.
Sin embargo la atención del personal es amable, aunque no muy expeditiva.
Respecto a la habitación la misma es pequeña, pero en Tokio parece que es la norma. El nivel de amenities, si bien es completo, es de calidad media. La cama es cómoda, pero las almohadas no.
El nivel de limpieza está por debajo de otros hoteles en los que me aloje en Japón. Me refiero a Japón porque es mas que evidente el nivel de atención a los detalles de los alojamientos, sin embargo este parece romper la regla.Más
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