Fuimos sólo por una noche, para escapar de la ciudad. El lugar, Matanzas, tranquilo un refugio entre el cerro y la playa, el hotel está plenamente camuflado con el lugar, con materiales nobles, iluminación tenue y espacios perfectamente hechos. Llegamos a almorzar (les recomiendo el volcán de chocolate, los pisco sour y las pizzas). El ambiente muy agradable, reservamos habitación con vista al mar, todo perfecto. El Hot tub tranquilo y relajante, en suma todo fantástico. Volveremos, nos faltaron las clases de Windsurf
US$229

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