Fuimos el fin de semana pasado con mi mujer y mi hijo, sin saber del restaurante entramos y para nuestra suerte había una mesa disponible, pedí un pisco sour que estaba exquisito, el mero con polenta espectacular, mi mujer pidió el lomo vetado con setas un verdadero manjar y mi hijo ordeno una pizza que estaba de otro planeta, la atención muy rápida y amable, la arquitectura es muy bonita y la vista sublime. Altamente recomendado le doy 10/10.