Primero que nada, la infraestructura del restaurante es impresionante, las luces, la entrada (simula pilares griegos), los baños jaja todo está increíble. La atención de los meseros es fenomenal desde que ingresas al restaurante.
Hay un happening donde te dejan romper platos, nunca había visto algo así anteriormente, puedes sacar tu energía o sentimiento de una forma muy divertida.
Y por ultimo, la comida se me hizo deliciosa, recomiendo mucho el pescado a la sal y el cheesecake, me encantaron los cocteles, de preferencia pídanlo directo con la mixóloga del lugar :D
Volvería sin duda