Lugar encantador, con una atención esmerada propia de un 5 estrellas pero con la salvedad que agobia por el exceso. Te sientes como en un palacio con zonas comunes espectaculares a tu disposición.
La habitación acogedora con una cama King sice más que confortable.
los desayunos servidos en la mesa y a la carta una manera ideal de comenzar la experiencia diaria, recomiendo los huevos revueltos y las degustaciones de aceites y panes de la zona.
En cuanto a las medidas Anti Covid. Si no quieres no ves a nadie, gel a disposición en todo los lugares estratégicos y un check-in sin contacto, casi todo a nivel Whats-app

Recibimos la mejor atención por parte de Dolors i de todo el personal del hotel desde el primer minuto de nuestra llegada. Edificio antiguo en el centro del pueblo con una decoración cuidada hasta el último detalle. La habitación genial, tanto en lo espaciosa, como en la comodidad de la cama, almohadas y baño. El desayuno inmejorable, con embutidos km 0, zumo de naranja natural, bollería y demàs. Una de las noches cenamos en el hotel y la experiencia estuvo a la altura de este alojamiento tan especial.
En un principio habíamos reservado para dos noches, pero nos encontramos tan a gusto que quisimos quedarnos una noche más y lo conseguimos. 100% recomendable.

El hotel es muy acogedor, se trata de un hotel boutique con interiores elegantes y señoriales en un edificio antiguo restaurado. El trato fue inmejorable, la pareja que lo lleva es muy atenta, el trato familiar. Muy recomendable. Los desayunos y las cenas se hacen en la bodega, dónde se pueden ver las rocas de la montaña en el sótano.