No nos lo imaginábamos. Cuando nos sentamos en el comedor el ambiente era enormemente agradable, elegante y cercano al mismo tiempo. La comida, que fue una ensalada de langostinos y espárragos blancos, unos corazones de alcachofas con fue con salsa tártara, un solomillo al fue y de postres, tocino de cielo y un coulant de chocolate...¡¡buenísimo todo!! De verdad que los sabores, la calidad de los productos, la presentación de los platos, el ritmo y el tiempo de los servicios, todo, excelente.
Y para redondear la experiencia, el servicio del dueño, que por desgracia no sabemos el nombre, fue excelente. Siempre atento a que todo estuviera a punto y en su punto, y sin agobiar ni hacerse pesado.
No esperábamos algo así en este pueblo. Merece la pena desplazarse a estepa para disfrutar de un auténtico HOMENAJE. ¡Gracias!
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