Un hotel acogedor con una decoración original y cuidada. El personal de recepción muy amable, aunque no hablaban español, pusieron todo el empeño para entendernos y viceversa. Cogimos parking y resultó muy práctico y súper cercano, contiguo a la puerta de entrada del hotel. Aunque era un hotel de paso para nuestra estancia, estaba muy bien posicionado prácticamente en el centro de Burdeos. Que por cierto es una ciudad con mucho encanto. Lo recomiendo.