Tuvimos una muy grata estadía en este "monono" (mignon) hotel, muy buena acogida por parte del personal como de su dueña. El desayuno exquisito, muy completo y rico café. La ubicación es realmente excelente, muy cerca del puente de Avignon y del Palais des Papes, además de otros atractivos del Centre Ville. Hacía mucho calor y el aire acondicionado funcionaba a la perfección. La dueña, de origen peruano, y nosotros chilenos, tuvimos una muy agradable charla mientras disfrutábamos nuestro rico desayuno. Con gusto volveríamos.