He frecuentado este restaurante al menos una vez al año los últimos 10 años y he de decir que alucino con algunas de las críticas de gente española que ha pasado por allí. Es verdad que para gustos, colores pero me parece injusto que critiquen al restaurante porque los precios les parezcan altos o las raciones poco abundantes. Hay que hacerse aconsejar si vas por primera vez y mirar de ir a sitios que se adapten a tu bolsillo. Como decía, entré por casualidad en este restaurante hace más de10 años una noche de frío polar y nos dieron a comer la mejor sopa de cebolla que he probado nunca. Uf, qué manera de reconfortar cuerpo y espíritu, una experiencia casi religiosa. Desde entonces es tradición visitar una vez al año este restaurante. El restaurante es de raíces francesas y mas inclinado a la carne que al pescado. En mi caso siempre me inclino tras la sopa de cebolla por probar unos caracoles y luego ir directo a atacar el chateaubriand que es espectacular. Respecto a vinos, siendo eminentemente franceses, pues efectivamente si los quieres, los vas a pagar caros, pero si sabes escoger, disfrutarás de algún buen borgoña o ródano que son perfectos acompañantes para la carne.